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Novelas Cortas
by Pedro Antonio de Alarcon
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—iPresentemoslo a nuestro jefe! (se dijeron los espanoles). Este bribon sera fusilado manana, y nosotros alcanzaremos 10 un empleo.

Iwa, que asi se llamaba el polaco, segun luego me conto la viejecita, llevaba[59-3] ya seis meses de tercianas, y estaba muy debil, muy delgado, casi hetico.

La buena mujer lloro y suplico, protestando que el extranjero 15 no podia ponerse en camino sin caer muerto a la media hora[59-4]....

Pero solo consiguio ser apaleada por su falta de "patriotismo". —iTodavia no se me ha olvidado[59-5] esta palabra, que antes no habia oido pronunciar nunca!

20 En cuanto al[59-6] polaco, figurese V. como miraria[59-7] aquel lance. —Estaba postrado por la fiebre, y algunas palabras sueltas que salian de sus labios, medio polacas, medio espanolas, hacian reir a los dos militares.

—iCallate, didon,[59-8] perro, gabacho![59-9]—le decian.

25 Y, a fuerza de golpes, lo sacaron del lecho.

Para no cansar a V., senorito: en aquella disposicion, medio desnudo, hambriento..., bamboleandose, muriendose..., ianduvo el infeliz cinco leguas!...

iCinco leguas, senor!...—?Sabe V. los pasos que tienen 30 cinco leguas?—Pues es desde Finana hasta aqui....—iY a pie!... idescalzo!...

iPienselo V.!... iUn hombre fino, un joven hermoso y blanco como una mujer, un enfermo, despues de seis meses de tercianas!... iy con la terciana en aquel momento mismo!... (p60) —?Como pudo resistir?

—iAh! iNo resistio!...

—Pero ?como anduvo cinco leguas?

—iToma! iA fuerza de bayonetazos!...

05 —Prosiga V., abuelo.... Prosiga V.

—Yo venia por este barranco, como tengo de costumbre,[60-1] para ahorrarme terreno, y ellos iban por alla arriba, por el camino. Detuveme, pues, aqui mismo, a fin de observar el remate de aquel horror, mientras fingia picar un cigarro[60-2] negro de los 10 de entonces....

Iwa jadeaba como un perro proximo a rabiar.... Venia con la cabeza descubierta, amarillo como un desenterrado, con dos rosetas encarnadas en lo alto de las mejillas y con los ojos llameantes, pero caidos...: ihecho,[60-3] en fin, un Cristo en la 15 calle de la Amargura[60-4]!...

iMi querer morir![60-5] iMatar a mi, por Dios!—balbuceaba el extranjero con las manos cruzadas.

Los espanoles se reian de aquellos disparates, y le llamaban franchute,[60-6] didon y otras cosas.

20 Doblaronse al fin las piernas de Iwa, y cayo redondo[60-7] al suelo.

Yo respire, porque crei que el pobre habia dado su alma a Dios.

Pero un pinchazo que recibio en un hombro le hizo erguirse 25 de nuevo.

Entonces se acerco a este barranco para precipitarse y morir....

Al impedirlo los soldados, pues no les acomodaba que muriera su prisionero, me vieron aqui con mi mulo, que, como 30 he dicho, estaba cargado de barrilla.

—iEh, camarada! (me dijeron, apuntandome con los fusiles.)—iSuba V ese mulo![60-8]

Yo obedeci sin rechistar, creyendo hacer un favor al extranjero. (p61) —?Donde va V.?[61-1]—me preguntaron cuando hube subido.

—Voy a Almeria.... (les respondi). iY eso que ustedes estan haciendo es una inhumanidad!

—iFuera sermones!—grito uno de los verdugos.

05 —iUn arriero afrancesado!—dijo el otro.

—iCharla mucho..., y veras lo que te sucede!

La culata de un fusil cayo sobre mi pecho....

iEra la primera vez que me pegaba un hombre, fuera de mi padre!

10 —iNo irritar, no incomodar!—exclamo el polaco, asiendose a mis pies; pues habia caido de nuevo en tierra.

—iDescarga la barrilla!—me dijeron los soldados.

—?Para que?

—Para montar en el mulo a este judio.[61-2]

15 —Eso es otra cosa.... Lo hare con mucho gusto.

Dije, y me puse a descargar.

No..., no..., no.... (exclamo Iwa.) iTu dejar que me maten!

—iYo no quiero que te maten, desgraciado!—exclame, 20 estrechando las ardientes manos del joven.

iPero mi si querer! iMatar tu a mi, por Dios!...

—?Quieres que yo te mate?

iSi..., si..., hombre bueno! iSufrir mucho!

Mis ojos se llenaron de lagrimas.

25 Volvime a los soldados, y les dije con tono de voz que hubiera conmovido a una piedra:

—iEspanoles, compatriotas, hermanos! Otro[61-3] espanol, que ama tanto como el que mas[61-4] a nuestra patria, es quien os [suplica.] —iDejadme solo con este hombre!

30 —iNo digo que es afrancesado!—exclamo uno de ellos.

—iArriero del diablo! (dijo el otro): icuidado con lo que me dices![61-5] iMira que te rompo la crisma![61-6]

—iMilitar de los demonios! (conteste con la misma fuerza.) Yo no temo a la muerte.[61-7]—iSois dos infames sin corazon! (p62) iSois dos hombres fuertes y armados, contra un moribundo inerme!... iSois unos cobardes!—Dadme uno de esos fusiles, y peleare con vosotros hasta mataros o morir...; pero dejad a este pobre enfermo, que no puede defenderse.—iAy! 05 (continue, viendo que uno de aquellos tigres se ruborizaba): si, como yo, tuvieseis hijos; si pensarais que tal vez manana se veran en la tierra de este infeliz, en la misma situacion que el, solos, moribundos, lejos de sus padres; si reflexionarais en[62-1] que este polaco no sabe siquiera lo que hace en Espana; en que 10 sera un quinto[62-2] robado a su familia para servir a la ambicion de un Rey..., ique diablo![62-3] vosotros le perdonariais....—iSi; porque vosotros sois hombres antes que espanoles, y este polaco es un hombre, un hermano vuestro!—?Que ganara Espana con la muerte de un tercianario? iBatios[62-4] hasta morir con 15 todos los granaderos de Napoleon; pero que sea[62-5] en el campo de batalla! Y perdonad al debil; ised generosos con el vencido; sed cristianos, no seais[62-6] verdugos!

—iBasta de letanias![62-7]—dijo el que siempre habia llevado la iniciativa de la crueldad, el que hacia andar a Iwa a fuerza 20 de bayonetazos, el que queria comprar un empleo al precio de su cadaver.

—Companero, ?que hacemos?[62-8]—pregunto el otro, medio conmovido con mis palabras.

—iEs muy sencillo! (repuso el primero.) iMira!

25 Y sin darme tiempo, no digo de evitar, sino de prever sus movimientos, descerrajo un tiro sobre el corazon del polaco.

Iwa me miro con ternura, no se si antes o despues de morir.

Aquella mirada me prometio el cielo, donde acaso estaba ya el martir.

30 En seguida los soldados me dieron una paliza con las baquetas de los fusiles.

El que habia matado al extranjero, le corto una oreja, que guardo en el bolsillo.

iEra la credencial del empleo que deseaba! (p63) Despues desnudo a Iwa, y le robo... hasta cierto medallon (con un retrato de mujer o de santa) que llevaba al cuello.

Entonces se alejaron hacia Almeria.

Yo enterre a Iwa en este barranco..., ahi..., donde 05 esta V. sentado..., y me volvi a Gergal, porque conoci que estaba malo.[63-1]

Y, con efecto, aquel lance me costo una terrible enfermedad, que me puso a las puertas de la muerte.

—Y ?no volvio V. a ver a aquellos soldados? ?No sabe V. 10 como se llamaban?0

—No, senor; pero, por las senas que me dio mas tarde la viejecita que cuido al polaco, supe[63-2] que uno de los dos espanoles tenia el apodo de Risas, y que aquel era justamente el que habia matado y robado al pobre extranjero.

15 En esto nos alcanzo la galera: el viejo y yo subimos al camino; nos apretamos la mano, y nos despedimos muy contentos el uno del otro.—iHabiamos llorado juntos!



III

Tres noches despues tomabamos cafe varios amigos en el precioso casino de Almeria.

20 Cerca de nosotros, y alrededor de otra mesa, se hallaban dos viejos, militares retirados, Comandante el uno y Coronel el otro, segun dijo alguno que los conocia.

A pesar nuestro, oiamos su conversacion, pues hablaban tan alto como suelen los que han mandado mucho.

25 De pronto hirio mis oidos y llamo mi atencion esta frase del Coronel:

—El pobre Risas....

iRisas!—exclame para mi.

Y me puse a escuchar de intento.

30 —El pobre Risas... (decia el Coronel) fue hecho prisionero por los franceses cuando tomaron a Malaga, y, de deposito (p64) en deposito, fue a parar nada menos que a Suecia,[64-1] donde yo estaba tambien cautivo, como todos los que no pudimos escaparnos con el Marques de la Romana.[64-2]—Alli lo conoci, porque intimo con Juan, mi asistente de toda la vida, o de toda mi 05 carrera; y cuando Napoleon tuvo la crueldad de llevar a Rusia, formando parte de su Grande Ejercito, a todos los espanoles que estabamos prisioneros en su poder, tome de ordenanza a Risas.[64-3] Entonces me entere de que tenia un miedo cerval[64-4] a los polacos, o un terror supersticioso a Polonia,[64-5] pues no 10 hacia mas que preguntarnos a Juan y a mi "si tendriamos que pasar por aquella tierra para ir a Rusia," estremeciendose a la idea de que tal[64-6] llegase a acontecer.—Indudablemente, a aquel hombre, cuya cabeza no estaba muy firme por lo mucho que habia abusado de las bebidas espirituosas,[64-7] pero que en lo 15 demas era un buen soldado y un mediano cocinero, le habia ocurrido algo grave con algun polaco, ora[64-8] en la guerra de Espana,[64-9] ora en su larga peregrinacion por otras naciones. —Llegados a Varsovia,[64-10] donde nos detuvimos algunos dias, Risas se puso gravemente enfermo, de fiebre cerebral, por resultas 20 del terror panico que le habia acometido desde que entramos en tierra polonesa; y yo, que le tenia ya cierto carino, no quise dejarlo alli solo cuando recibimos la orden de marcha, sino que consegui de mis Jefes que Juan se quedase en Varsovia cuidandolo, sin perjuicio de que,[64-11] resuelta aquella crisis de un modo 25 o de otro, saliese luego en mi busca con algun convoy de equipajes y viveres, de los muchos que seguirian a la nube de gente en que mi regimiento figuraba a vanguardia.—iCual fue, pues, mi sorpresa cuando, el mismo dia que nos pusimos en camino, y a las pocas horas de haber echado a andar,[64-12] se 30 me presento mi antiguo asistente lleno de terror, y me dijo lo que acababa de suceder con el pobre Risas!—iDigole a V. que el caso es de lo mas singular[64-13] y estupendo que haya ocurrido nunca!—Oigame, y vera si hay motivo para que yo no haya olvidado esta historia en cuarenta y dos anos.—Juan (p65) habia buscado un buen alojamiento para cuidar a Risas, en casa de cierta labradora viuda, con tres hijas casaderas, que desde que llegamos a Varsovia los espanoles no habia dejado de preguntarnos a varios, por medio de interpretes franceses, 05 si sabiamos algo de un hijo suyo llamado Iwa, que vino a la guerra de Espana en 1808, y de quien hacia tres anos no tenia noticia alguna, cosa que no pasaba a las demas familias que se hallaban en identico caso.—Como Juan era tan zalamero, hallo modo de consolar y esperanzar a aquella triste madre, y 10 de aqui[65-1] el que, en recompensa, ella se brindara[65-2] a cuidar a Risas al verlo caer en su presencia atacado de una fiebre cerebral...—Llegados a casa de la buena mujer, y cuando esta ayudaba a desnudar al enfermo, Juan la vio palidecer de pronto 15 y apoderarse convulsivamente de cierto medallon de plata, con una efigie o retrato en miniatura, que Risas llevaba siempre al pecho, bajo la ropa, a modo de talisman o conjuro contra los polacos, por creer[65-3] que representaba a una Virgen o Santa de aquel pais.—iIwa! iIwa!—grito despues la viuda de un 20 modo horrible, sacudiendo al enfermo, que nada entendia, aletargado como estaba por la fiebre.—En esto acudieron las hijas; y, enteradas del caso, cogieron el medallon, lo pusieron al lado del rostro de su madre, llamando por medio de senas la atencion de Juan para que viese, como vio, que la tal efigie[65-4] 25 no era mas que el retrato de aquella mujer, y, encarandose entonces con el, visto que su compatriota no podia responderles, comenzaron a interrogarle mil cosas con palabras ininteligibles, bien que con gestos y ademanes que revelaban claramente la mas siniestra furia.—Juan se encogio de hombros, dando a entender por senas que el no sabia nada de la procedencia de 30 aquel retrato, ni conocia a Risas mas que de muy poco tiempo....—Elnoble semblante de mi honradisimo asistente debio de probar[65-5] a aquellas cuatro leonas encolerizadas que el pobre no era culpable....—iAdemas, el no llevaba el medallon!—Pero el otro... ial otro, al pobre Risas, lo mataron a (p66) golpes y lo hicieron pedazos con las unas!—Es cuanto se[66-1] con relacion a este drama, pues nunca he podido averiguar por que tenia Risas aquel retrato.

—Permitame V. que se lo cuente yo....—dije sin poder 05 contenerme.

Y acercandome a la mesa del Coronel y del Comandante, despues de ser presentado a ellos por mis amigos, les referi a todos la espantosa narracion del minero.

Luego que conclui, el Comandante, hombre de mas de 10 setenta anos, exclamo con la fe sencilla de un militar antiguo, con el arranque de un buen espanol y con toda la autoridad de sus canas:

—iVive Dios, senores, que[66-2] en todo eso hay algo mas que una casualidad!

Almeria, 1854.



EL LIBRO TALONARIO (p67)

HISTORIETA RURAL

I

La accion comienza en Rota.—Rota es la menor de aquellas encantadoras poblaciones hermanas que forman el amplio semicirculo de la bahia de Cadiz;[67-2] pero, con ser la menor,[67-3] no ha faltado quien ponga los ojos en ella.—El Duque de Osuna, a 05 titulo de Duque de Arcos,[67-4] la ostenta entre las perlas de su corona hace muchisimo tiempo, y tiene alli su correspondiente castillo senorial, que yo pudiera describir piedra por piedra....

Mas no se trata aqui de castillos, ni de duques, sino de los celebres campos que rodean a Rota y de un humildisimo hortelano, 10 a quien llamaremos el tio Buscabeatas,[67-5] aunque no era este su verdadero nombre, segun parece.

Los campos de Rota (particularmente las huertas) son tan productivos que, ademas de tributarle al Duque de Osuna muchos miles de fanegas de grano y de abastecer de vino a 15 toda la poblacion (poco amante del agua potable y malisimamente dotada de ella), surten de frutas y legumbres a Cadiz, y muchas veces a Huelva,[67-6] y en ocasiones a la misma Sevilla,[67-7] sobre todo en los ramos de tomates y calabazas, cuya excelente calidad, suma abundancia y consiguiente baratura exceden 20 a toda ponderacion;—por lo que[67-8] en Andalucia la Baja[67-9] se da a los rotenos[67-10] el dictado de calabaceros y de tomateros, [67-11] que ellos aceptan con noble orgullo.

Y, a la verdad, motivo tienen para enorgullecerse de semejantes motes; pues es el caso que aquella tierra de Rota que 25 tanto produce (me refiero a la de las huertas); aquella tierra (p68) que da para el consumo y para la exportacion; aquella tierra que rinde tres o cuatro cosechas al ano, ni es tal tierra,[68-1] ni Cristo que lo fundo,[68-2] sino arena pura y limpia, expelida sin cesar por el turbulento Oceano, arrebatada por los furiosos 05 vientos del Oeste y esparcida sobre toda la comarca rotena, como las lluvias de ceniza que caen en las inmediaciones del Vesubio.[68-3]

Pero la ingratitud de la Naturaleza esta alli mas que compensada por la constante laboriosidad del hombre.—Yo no conozco, ni creo que haya en el mundo, labrador que trabaje 10 tanto como el roteno.—Ni[68-4] un leve hilo de agua dulce fluye por aquellos melancolicos campos.... ?Que importa? iEl calabacero los ha acribillado materialmente de pozos, de donde saca, ora[68-5] a pulso, ora por medio de norias, el precioso humor que sirve de sangre a los vegetales!—La arena carece de 15 fecundos principios, del asimilable humus[68-6].... ?Que importa? iEl tomatero pasa la mitad de su vida buscando y allegando sustancias que puedan servir de abono, y convirtiendo en estiercol hasta las algas del mar!—Ya poseedor de ambos preciosos elementos, el hijo de Rota va estercolando 20 pacientemente, no su heredad entera (pues le faltarla abono para tanto), sino redondeles de terreno del vuelo de un plato chico,[68-7] y en cada uno de estos redondeles estercolados siembra un grano de simiente de tomate o una pepita de calabaza, que riega luego a mano con un jarro muy diminuto, como quien da 25 de beber a un nino.

Desde entonces hasta la recoleccion cuida diariamente una por una las plantas que nacen en aquellos redondeles, tratandolas con un mimo y un esmero solo comparables a la solicitud con que las solteronas cuidan sus macetas. Un dia le anade a tal mata[68-8] 30 un punadillo de estiercol; otro le echa una chorreadita de agua; ora las limpia a todas de orugas y demas insectos daninos; ora cura a las enfermas, entablilla a las fracturadas, y pone parapetos de cana y hojas secas a las que no pueden resistir los rayos del sol o estan demasiado expuestas a los (p69) vientos del mar; ora, en fin, cuenta los tallos, las hojas, las flores o los frutos de las mas adelantadas y precoces, y les habla, las acaricia, las besa, las bendice y hasta les pone expresivos nombres para distinguirlas e individualizarlas en su 05 imaginacion.—Sin exagerar: es ya un proverbio (y yo lo he oido repetir muchas veces en Rota) que el hortelano de aquel pais toca por lo menos cuarenta veces con su propia mano a cada mata de tomates que nace en su huerta.—Y asi se explica que los hortelanos viejos de aquella localidad lleguen a quedarse 10 encorvados, hasta tal punto que casi se dan[69-1] con las rodillas en la barba[69-2]....

iEs la postura en que han pasado toda su noble y meritoria vida!



II

Pues bien: el tio Buscabeatas pertenecia al gremio de estos 15 hortelanos.

Ya principiaba a encorvarse en la epoca del suceso que voy a referir: y era que[69-3] ya tenia sesenta anos... y llevaba[69-4] cuarenta de labrar una huerta lindante con la playa de la [Costilla.]

20 Aquel ano habia criado alli unas estupendas calabazas, tamanas[69-5] como bolas decorativas de pretil de puente monumental, y que ya principiaban a ponerse por dentro y por fuera de color de naranja, lo cual queria decir que habia mediado el mes de Junio. Conocialas perfectamente el tio Buscabeatas por la forma, por su grado de madurez y hasta de nombre, 25 sobre todo a los cuarenta ejemplares mas gordos y lucidos, que ya estaban diciendo guisadme, y pasabase[69-6] los dias mirandolos con ternura y exclamando melancolicamente:

iPronto tendremos que separarnos!

Al fin, una tarde se resolvio al sacrificio; y senalando a los 30 mejores frutos de aquellas amadisimas cucurbitaceas que tantos afanes le habian costado, pronuncio la terrible sentencia. (p70) —Manana (dijo) cortare estas cuarenta, y las llevare al mercado de Cadiz.—iFeliz quien se las coma![70-1]

Y se marcho a su casa con paso lento, y paso la noche con las angustias del padre que va a casar una hija al dia siguiente.

05 —iLastima[70-2] de mis calabazas!—suspiraba a veces sin poder conciliar el sueno.—Pero luego reflexionaba, y concluia por decir:—Y ?que he de hacer,[70-3] sino salir de ellas?[70-4] iPara eso las he criado!—Lo menos van a valerme quince duros....

Graduese, pues, cuanto seria[70-5] su asombro, cuanta su furia y 10 cual su desesperacion, cuando, al ir a la manana siguiente a la huerta, hallo que, durante la noche, le habian robado las cuarenta calabazas....—Para ahorrarme de razones,[70-6] dire que, como el judio de Shakespeare, llego al mas sublime paroxismo tragico, repitiendo freneticamente aquellas terribles palabras 15 de Shylock, en que tan admirable dicen que estaba el actor Kemble:[70-7]

iOh! iSi te encuentro![70-8] iSi te encuentro!

Pusose luego el tio Buscabeatas a recapacitar friamente, y comprendio que sus amadas prendas no podian estar en Rota, 20 donde seria imposible ponerlas a la venta sin riesgo de que el las reconociese, y donde, por otra parte,[70-9] las calabazas tienen muy bajo precio.

—iComo si lo viera, estan en Cadiz! (dedujo de sus cavilaciones.) El infame, picaro, ladron, debio de robarmelas[70-10] 25 anoche a las nueve o las diez y se escaparia con ellas a las doce en el barco de la carga[70-11].... iYo saldre para Cadiz hoy por la manana en el barco de la hora,[70-12] y maravilla sera que no atrape al ratero y recupere a las hijas de mi trabajo!

Asi diciendo, permanecio todavia cosa de veinte minutos en 30 el lugar de la catastrofe, como acariciando las mutiladas calabaceras, o contando las calabazas que faltaban, o extendiendo una especie de fe de livores[70-13] para algun proceso que pensara incoar hasta que, a eso de las ocho, partio con direccion al muelle.

Ya estaba dispuesto para hacerse a la vela[70-14] el barco (p71) de la hora, humilde falucho que sale todas las mananas para Cadiz a las nueve en punto, conduciendo pasajeros, asi como el barco de la carga sale todas las noches a las doce, conduciendo frutas y legumbres....

05 Llamase barco de la hora el primero, porque en este espacio de tiempo, y hasta en cuarenta minutos algunos dias, si el viento es de popa, cruza las tres leguas que median entre la antigua villa del Duque de Arcos y la antigua ciudad de Hercules[71-1]....



III

Eran, pues, las diez y media de la manana cuando aquel dia 10 se paraba el tio Buscabeatas delante de un puesto de verduras del mercado de Cadiz, y le decia a un aburrido polizonte que iba con el:

—iEstas son mis calabazas!—iPrenda V. a ese hombre!

Y senalaba al revendedor.

15 —iPrenderme a mi! (contesto el revendedor, lleno de sorpresa y de colera.)—Estas calabazas son mias; yo las he comprado....

—Eso podra V. contarselo al Alcalde—repuso el tio Buscabeatas.

20 —iQue no![71-2]

—iQue si!

—iTio ladron![71-3]

—iTio tunante!

—iHablen Vds. con mas educacion,[71-4] so indecentes![71-5] iLos 25 hombres no deben faltarse[71-6] de esa manera!—dijo con mucha calma el polizonte, dando un punetazo[71-7] en el pecho a cada interlocutor.

En esto ya habia acudido alguna gente, no tardando en presentarse tambien alli el Regidor encargado de la policia de los 30 mercados publicos, o sea[71-8] el Juez de abastos, que es su verdadero nombre. (p72) Resigno[72-1] la jurisdiccion el polizonte en Su Senoria, y enterada esta digna autoridad de todo lo que pasaba, pregunto al revendedor con majestuoso acento:

—?A quien[72-2] le ha comprado V. esas calabazas?

05 —Al tio Fulano,[72-3] vecino [72-4] de Rota....—respondio el interrogado.

—iEse habia de ser! (grito el tio Buscabeatas.) iMuy abonado[72-5] es para el caso! iCuando su huerta, que es muy mala, le produce poco, se mete a robar en la del vecino!

10 —Pero, admitida la hipotesis de que a V. le han robado anoche cuarenta calabazas (siguio interrogando el Regidor, volviendose al viejo hortelano), ?quien le asegura a V. que estas, y no otras, son las suyas?

15 —iToma! (replico el tio Buscabeatas.) iPorque las conozco como V. conocera a sus hijas, si las tiene!—?No ve V. que las he criado?—Mire V.: esta se llama rebolonda;[72-6] esta, cachigordeta;[72-7] esta, barrigona;[72-8] esta, coloradilla; [72-9] esta Manuela..., porque se parecia mucho a mi hija la menor....

20 Y el pobre viejo se echo a llorar amarguisimamente.

—Todo eso esta muy bien... (repuso el Juez de abastos); pero la ley no se contenta con que usted reconozca sus calabazas. Es menester que la autoridad se convenza al mismo tiempo 25 de la preexistencia de la cosa, y que V. la identifique con pruebas fehacientes....—Senores, no hay que sonreirse....—iYo soy abogado!

iPues vera V. que pronto le pruebo yo a todo el mundo, sin moverme de aqui, que esas calabazas se han criado en mi huerta!—dijo el tio Buscabeatas, no sin grande asombro de 30 los circunstantes.

Y soltando en el suelo un lio que llevaba en la mano, agachose, arrodillandose hasta sentarse sobre los pies, y se puso a desatar tranquilamente las anudadas puntas del panuelo que lo envolvia. (p73) La admiracion del Concejal, del revendedor y del corro subio de punto.[73-1]

—?Que va a sacar de ahi?—se preguntaban todos.

Al mismo tiempo llego un nuevo curioso a ver que ocurria 05 en aquel grupo, y habiendole divisado el revendedor, exclamo:

—iMe alegro de que llegue V., tio Fulano! Este hombre dice que las calabazas que me vendio usted anoche, y que estan aqui oyendo la conversacion, son robadas....—Conteste 10 V....

El recien llegado[73-2] se puso mas amarillo que la cera, y trato de irse; pero los circunstantes se lo[73-3] impidieron materialmente, [73-4] y el mismo[73-5] Regidor le mando quedarse.

En cuanto al tio Buscabeatas, ya se habia encarado con el 15 presunto ladron, diciendole:

—iAhora vera V. lo que es bueno!

El tio Fulano recobro su sangre fria, y expuso:

—Usted es quien ha de ver[73-6] lo que habla; porque si no prueba, y no podra probar, su denuncia, lo llevare a la carcel 20 por calumniador.—Estas calabazas eran mias; yo las he criado, como todas las que he traido este ano a Cadiz, en mi huerta del Egido,[73-7] y nadie podra probarme lo contrario.

—iAhora vera V.!—repitio el tio Buscabeatas acabando de desatar el panuelo y tirando de el.[73-8]

25 Y entonces se desparramaron por el suelo una multitud de trozos de tallo de calabacera, todavia verdes y chorreando jugo, mientras que el viejo hortelano, sentado sobre sus piernas y muerto de risa, dirigia el siguiente discurso al Concejal y a los curiosos:

30 —Caballeros: ?no han pagado Vds. nunca contribucion? Y ?no han visto aquel libraco[73-9] verde que tiene el recaudador, de donde va cortando recibos, dejando alli pegado un tocon o pezuelo,[73-10] para que luego pueda comprobarse si tal o cual [73-11] recibo es falso o no lo es? (p74) —Lo que V. dice se llama el libro talonario—observo gravemente el Regidor.

—Pues eso es lo que yo traigo aqui: el libro talonario de mi huerta, o sea[74-1] los cabos a que estaban unidas estas calabazas 05 antes de que me las robasen.—Y, si no, miren Vds.—Este cabo era de esta calabaza.... Nadie puede dudarlo....

—Este otro..., ya lo estan Vds. viendo..., era de esta otra.—Este mas ancho..., debe de ser de aquella.... iJustamente!—Y este es de esta.... Ese es de esa.... 10 Esta es de aquel....

Y en tanto que[74-2] asi decia, iba adaptando un cabo o pedunculo a la excavacion que habia quedado en cada calabaza al ser arrancada, y los espectadores[74-3] veian con asombro que, efectivamente, la base irregular y caprichosa de los pedunculos 15 convenia del modo mas exacto con la figura blanquecina y leve concavidad que presentaban las que pudieramos llamar cicatrices de las calabazas.

Pusieronse, pues, en cuclillas los circunstantes, inclusos 20 los polizontes y el mismo Concejal,[74-4] y comenzaron a ayudarle al tio Buscabeatas en aquella singular comprobacion, diciendo todos a un mismo tiempo con pueril regocijo:

—iNada! iNada! iEs indudable! iMiren Vds.!—Este es de aqui.... Ese es de ahi.... Aquella es de 25 este.... Esta es de aquel....

Y las carcajadas de los grandes se unian a los silbidos de los chicos, a las imprecaciones de las mujeres, a las lagrimas de triunfo y alegria del viejo hortelano y a los empellones que los guindillas daban ya al convicto ladron, como impacientes por 30 llevarselo[74-5] a la carcel.

Excusado es decir que los guindillas tuvieron este gusto; que el tio Fulano viose obligado desde luego a devolver al revendedor los quince duros que de el habia percibido; que el revendedor se los entrego en el acto al tio Buscabeatas,(p75) y que este se marcho a Rota sumamente contento, bien que fuese diciendo[75-1] por el camino:

—iQue hermosas estaban en el mercado! iHe debido traerme[75-2] a Manuela, para comermela[75-3] esta noche y guardar 05 las pepitas!

Noviembre de 1877.



MOROS Y CRISTIANOS (p76)

(CUENTO)

I

La antes famosa y ya poco nombrada villa de Aldeire forma parte del marquesado del Cenet, o como si dijeramos, del respaldo de la Alpujarra,[76-1] hacia Levante,[76-2] y esta medio colgada, medio escondida, en un escalon o barranco de la formidable 05 mole central de Sierra Nevada, a cinco o seis mil pies sobre el nivel del mar y seis o siete mil por debajo de las eternas nieves del Mulhacen.

Aldeire, dicho sea con perdon de su senor cura, es un pueblo morisco. Que fue moro, lo dicen claramente su nombre, su 10 situacion y su estructura; y que no ha llegado aun a ser enteramente cristiano, aunque figure en la Espana reconquistada y tenga su iglesita catolica y sus cofradias de la Virgen, de Jesus y de no pocos santos y santas, lo demuestran el caracter y costumbres de sus moradores, las pasiones terribles cuanto 15 quimericas que los unen o separan en perpetuos bandos, y los lugubres ojos negros, palida tez y escaso hablar y reir de mujeres, hombres y ninos....

Porque bueno sera recordar, para que ni dicho senor cura ni nadie[76-3] ponga en cuarentena[76-4] la solidez de este 20 razonamiento, 20 que los moriscos del marquesado del Cenet no fueron expulsados en totalidad como los de la Alpujarra, sino que muchos de ellos lograron quedarse alli agazapados y escondidos gracias a la prudencia o cobardia con que desoyeron el temerario y heroico grito de su malhadado principe Aben-Humeya;[76-5] de donde 25 yo deduzco que el tio Juan Gomez (a)[76-6] Hormiga, (p77) alcalde constitucional de Aldeire en el ano de gracia de 1821, podia muy bien ser nieto de algun Mustafa, Mahommed o cosa por el estilo.

Cuentase, pues, que el tal Juan[77-1] Gomez, hombre a la sazon de mas de media centuria, rustico muy avisado aunque no entendia 05 de letra,[77-2] y codicioso y trabajador con fruto, como lo acreditaba, no solamente su apodo, sino tambien su mucha hacienda, por el adquirida a fuerza de buenas o malas artes, y representada en las mejores suertes de tierra de aquella jurisdiccion, tomo a censo enfiteutico[77-3] del caudal de Propios, 10 [77-4] y casi de balde, mediante algunas gallinas no ponedoras que regalo al secretario del Ayuntamiento, unos secanos situados a las inmediaciones de la villa, en medio de los cuales veianse los restos y escombros de un antiguo castillejo,[77-5] morabito o atalaya arabe, cuyo nombre era todavia La Torre del Moro.

15 Excusado es decir que el tio Hormiga no se detuvo ni un instante a pensar en que moro seria aquel, ni en la indole o pristino objeto de la arruinada construccion; lo unico que vio desde luego mas claro que el agua fue que con tantas desmoronadas piedras, y con las que el desmoronara, podia hacer alli un hermoso 20 y muy seguro corral para sus ganados; por lo que[77-6] desde el dia siguiente, y como recreo muy propio de quien tan economico era, dedico las tardes a derribar por si mismo, y a sus solas,[77-7] lo que en pie quedaba del vetusto edificio arabigo.

—iTe vas a reventar!—le decia su mujer, al verlo llegar 25 por la noche lleno de polvo y de sudor, y con la barra de hierro oculta bajo la capa....

—iAl contrario!—respondia el.—Este ejercicio me conviene para no podrirme como nuestros hijos los estudiantes, que segun me ha dicho el estanquero, estaban la otra noche en el 30 teatro de Granada y tenian un color de manteca que daba asco[77-8] mirarlos....

—iPobres! iDe tanto estudiar! Pero a ti debia de darte vergueenza de trabajar como un peon siendo el mas rico del pueblo, alcalde por anadidura. (p78) —Por eso voy solo.... iA ver!... Acercame esa ensalada....

—Sin embargo, convendria que te ayudase alguien. iVas a echar un siglo[78-1] en derribar la Torre, y hasta quiza no sepas 05 componertelas[78-2] para volcarla toda!...

—iNo digas simplezas, Torcuata! Cuando se trate de construir la tapia del corral pagare jornales, y hasta llevare un maestro alarife....—iPero derribar sabe cualquiera! iY es tan divertido[78-3] destruir!... iVaya!... iquita la mesa y 10 acostemonos!...

—Eso lo dices porque eres hombre. iA mi me da miedo y lastima todo lo que es deshacer![78-4]

—iDebilidades de vieja! iSi supieras tu cuantas cosas hay que deshacer[78-5] en este mundo!

15 —iCalla, francmason![78-6] iEn mal hora te han elegido alcalde! iVeras como, el dia que vuelvan a mandar los realistas, te ahorca el Rey absoluto!

—iEso... lo veremos! iSanturrona! iBeata! iLechuza! iVaya!: apaga esa luz, y no te santiguees mas..., 20 que tengo[78-7] mucho sueno.

Y asi continuaban los dialogos hasta que se dormia uno de los dos consortes.



II

Una tarde regreso de su faena el tio Hormiga, muy preocupado y caviloso, y mas temprano que de costumbre.

25 Su mujer aguardo a que despachase a los mozos de labor para preguntarle que tenia, y el respondio ensenandole un tubo de plomo con tapadera por el estilo del canuto[78-8] de un licenciado del ejercito; saco de alli, y desarrollo cuidadosamente, un amarillento pergamino escrito en caracteres muy enrevesados, y 30 dijo con imponente seriedad:

—Yo no se leer, ni tan siquiera[78-9] en castellano, que (p79) es lalengua mas clara del mundo; pero el diablo me lleve si esta escritura no es de moros.

—?Es decir, que la has encontrado en la Torre?

—No lo digo solo por eso, sino porque estos garrapatos no 05 se parecen a ninguno de los que he visto hacer a gente cristiana.

La mujer de Juan Gomez miro y olio el pergamino, y exclamo con una seguridad tan comica como gratuita:

—iDe moros es!

Pasado un rato, anadio melancolicamente.

10 —Aunque tambien me estorba a mi lo negro,[79-1] juraria que tenemos en las manos la licencia absoluta[79-2] de algun soldado de Mahoma,[79-3] que ya estara en los profundos infiernos.

—?Lo dices por el canuto de plomo?

—Por el canuto lo digo.

15 —Pues te equivocas de medio a medio,[79-4] amiga Torcuata; porque ni los moros entraban en quintas,[79-5] segun me ha dicho varias veces nuestro hijo Agustin, ni esto es una licencia absoluta. Esto es... un....

El tio Hormiga miro en torno suyo,[79-6] bajo la voz y dijo con 20 entera fe:

—iEstas son las senas de un tesoro!

—iTienes razon!—respondio la mujer, subitamente inflamada por la misma creencia.—?Y lo has encontrado ya? ?Es muy grande? ?Lo has vuelto a tapar bien? ?Son monedas de 25 plata, o de oro? ?Crees tu que pasaran todavia? iQue felicidad para nuestros hijos! iComo van a gastar y a triunfar en Granada[79-7] y en Madrid! iYo quiero ver eso! Vamos alla.... Esta noche hace luna....

—iMujer de Dios! iSosiegate! ?Como quieres que haya 30 topado ya con el tesoro guiandome por estas senas, si yo no se leer en moro ni en cristiano?

—iEs verdad! Pues, mira.... Haz una cosa: en cuanto Dios eche sus luces,[79-8] apareja un buen mulo; pasa la sierra por el puerto[79-9] de la Ragua, que dicen esta bueno, y llegate a (p80) Ugijar,[80-1] a casa de nuestro compadre[80-2] D. Matias Quesada, el cual sabes entiende de todo[80-3].... El te pondra en claro ese papel y te dara buenos consejos, como siempre.

—iMis dineros me cuestan todos sus consejos a pesar de 05 nuestro compadrazgo!... Pero, en fin, lo mismo habia pensado yo. Manana ire a Ugijar, y a la noche estare aqui de vuelta; pues todo sera apretar un poco a la caballeria[80-4]....

—Pero icuidado[80-5] que le expliques bien las cosas!...

—Poco tengo que explicarle. El canuto estaba escondido 10 en un hueco o nicho revestido de azulejos como los de Valencia, [80-6] formado en el espesor de una pared. He derribado todo aquel lienzo, y nada mas de particular he hallado. Debajo de lo ya destruido comienza la obra de silleria de los cimientos, cuyas enormes piedras, de mas de vara en cuadro,[80-7] no removeran 15 facilmente dos ni tres personas de punos tan buenos como los mios. Por consiguiente, es necesario saber de una manera fija en que punto estaba escondido el tesoro, so pena[80-8] de tener que arrancar con ayuda de vecinos todos los cimientos de la Torre....

20 —iNada! iNada! iA Ugijar en cuanto amanezca! Ofrecele a nuestro compadre una parte..., no muy larga, de lo que hallemos, y, cuando sepamos donde hay que excavar,[80-9] yo misma te ayudare a arrancar piedras de silleria. iHijos de mi alma! Todo para ellos! Por lo que a mi toca, solo siento 25 si habra algo que sea pecado en esto que hablamos en voz baja.

—?Que pecado puede haber, grandisima tonta?

—No se explicartelo.... Pero los tesoros me habian parecido siempre cosa del demonio, o de duendes.... Ademas, itomaste a censo aquel terreno por tan poco redito al ano!... 30 iTodo el pueblo dice hubo trampa[80-10] en el tal negocio!

—iEso es cuenta del secretario y de los concejales! Ellos me hicieron la escritura.

—Por otro lado, tengo entendido[80-11] que de los tesoros hay que dar parte al Rey.... (p81) —Eso es cuando no se hallan en terreno propio, como este mio....

—iPropio! iPropio!... iA saber[81-1] de quien seria esa torre que te ha vendido el Ayuntamiento!

05 —iToma! iDel Moro!

—iA saber quien seria ese Moro!... Por de pronto,[81-2] Juan, las monedas que el Moro escondiera en su casa, serian suyas o de sus herederos; no tuyas, ni mias....

—iEstas diciendo disparates! iPor esa cuenta, no debia 10 yo ser alcalde de Aldeire, sino el que lo era el ano pasado cuando se pronuncio Riego![81-3] iPor esa cuenta, habria que mandar[81-4] todos los anos a Africa, a los descendientes de los moros, las rentas que produjesen las vegas de Granada, de Guadix[81-5] y de centenares de pueblos!...

15 —iPuede que[81-6] tengas razon!... En fin, ve a Ugijar, y el compadre te aconsejara lo mejor en todo.



III

Ugijar dista de Aldeire cosa de cuatro leguas de muy mal camino. No serian,[81-7] sin embargo, las nueve de la siguiente manana 20 cuando el tio Juan Gomez, vestido con su calzon corto de punto azul y sus bordadas botas blancas de los dias de fiesta, hallabase ya en el despacho de D. Matias de Quesada, hombre de mucha edad y mucha salud, doctor en ambos Derechos[81-8] y autor de la mayor parte de los entuertos contra la justicia que 25 se hacian por entonces en aquella tierra. Habia sido toda su vida lo que se llama un abogado picapleitos, y estaba riquisimo y muy bien relacionado en Granada y Madrid.

Oido que hubo[81-9] la historia de su digno compadre, y despues de examinar atentamente el pergamino, dijole que, en su opinion, nada de aquello olia a tesoro: que el nicho en que 30 hallo el tubo debio de ser[81-10] un babuchero,[81-11] y que el escrito le parecia una especie de oracion que los moros suelen (p82) leer todos los viernes[82-1] por la manana.... Pero que, sin embargo, no siendole a el completamente conocida la lengua arabe, remitiria el documento a Madrid a un condiscipulo suyo que estaba empleado en la Comisaria de los Santos Lugares,[82-2] a fin de que 05 lo enviara a Jerusalen, donde lo traducirian al castellano; por todo lo cual seria conveniente mandarle al madrileno un par de onzas de oro,[82-3] en letra,[82-4] para una jicara de chocolate.

Mucho lo penso el tio Juan Gomez antes de pagar un chocolate tan caro (que resultaba a diez mil doscientos cuarenta 10 reales la libra); pero tenia tal seguridad en lo del tesoro[82-5] (y a fe que[82-6] no se equivocaba segun despues veremos), que saco de la faja ocho monedillas de a cuatro[82-7] duros y se las entrego al abogado, quien las peso una por una antes de guardarselas[82-8] 15 en el bolsillo; con lo que el tio Hormiga tomo la vuelta de Aldeire decidido a seguir excavando en la Torre del Moro, mientras tanto que[82-9] enviaban el pergamino a Tierra Santa y volvia de alla traducido; diligencias en que, segun el letrado, se tardaria cosa de ano y medio.



IV

No bien habia vuelto la espalda el tio Juan, cuando su compadre 20 y asesor cogio la pluma y escribio la siguiente carta comenzando por el sobre:

"SR. D. BONIFACIO TUDELA Y GONZALEZ,[82-10] Maestro de capilla [82-11] de la Santa Iglesia Catedral de CEUTA.[82-12]

"Mi querido sobrino politico:[82-13]

25 "Solamente a un hombre de tu religiosidad confiaria yo el importantisimo secreto contenido en el documento adjunto. Digolo porque indudablemente estan escritas en el las senas de un tesoro, de que te dare alguna parte si llego a descubrirlo con tu ayuda. Para ello es necesario que busques un moro 30 que te traduzca ese pergamino, y que me mandes la traduccion (p83) en carta certificada,[83-1] sin enterar a nadie del asunto, como no sea[82-2] a tu mujer, que me consta es persona reservada.

"Perdona que no te haya escrito en tantos anos; pero bien conoces mis muchos quehaceres. Tu tia sigue rezando por ti 05 todas las noches al tiempo de acostarse. Que estes mejor[83-3] del dolor de estomago[83-4] que padecias en 1806, y sabes que te quiere tu tio politico,

"MATIAS DE QUESADA. "UGIJAR, 15 de ENERO, 1821.

10 "POSDATA.—Expresiones a Pepa, y dime, si habeis tenido hijos."

Escrita la precedente carta,[83-5] el insigne jurisconsulto paso a la cocina, donde su mujer estaba haciendo calceta y cuidando el puchero, y dijole las siguientes expresiones en tono muy aspero 15 y desabrido, despues de echarle en la falda las ocho monedas de a cuatro duros que ya conocemos:

—Encarnacion,[83-6] ahi tienes: compra mas trigo, que va a subir en los meses mayores,[83-7] y procura que lo midan bien. Hazme de almorzar mientras yo voy a echar al correo esta carta para 20 Sevilla preguntando los precios de la cebada. iQue el huevo este bien frito y el chocolate claro! iNo tengamos la de todos los dias![83-8]

La mujer del abogado no respondio palabra, y siguio haciendo calceta como un automata.



V

25 Dos semanas despues, un hermosisimo dia de Enero, como solo los hay en el Norte de Africa y en el Sur de Europa, tomaba el sol en la azotea de su casa de dos pisos el maestro de capilla de la catedral de Ceuta con la tranquilidad de quien ha tocado el organo en misa mayor y se ha comido 30 luego una libra de boquerones, otra de carne y otra de pan, con su correspondiente dosis de vino de Tarifa.[83-9] (p84) El buen musico, gordo como un cebon y colorado como una remolacha, digeria penosamente, paseando su turbia mirada de apopletico por el magnifico panorama del Mediterraneo, y del Estrecho de Gibraltar, del maldecido Penon[84-1] que le da nombre, 05 de las cercanas cumbres de Anghera[84-2] y Benzu[84-3] y de las remotas nieves del Pequeno Atlas, cuando sintio acelerados pasos en la escalera y la argentina voz de su mujer, que gritaba gozosamente:

—iBonifacio! iBonifacio! iCarta de Ugijar! iCarta de tu tio! iY vaya si es gorda![84-4]

10 —iHombre![84-5]—respondio el maestro de capilla, girando como una esfera o globo terraqueo sobre el punto de su redonda individualidad, que descansaba en el asiento.—?Que santo se habra empenado para que mi tio se acuerde de mi? iQuince anos hace que resido en esta tierra usurpada a Mahoma, 15 y cata aqui[84-6] la primera vez que me escribe aquel abencerraje, [84-7] sin embargo de haberle yo escrito cien veces a el! iSin duda me necesita para algo!

Y, dicho esto,[84-8] abrio la epistola (procurando que no la leyese la Pepa de la posdata), y aparecio, crujiente y tratando de 20 arrollarse por si propio,[84-9] el amarillento pergamino.

—?Que nos envia?—pregunto entonces la mujer, gaditana[84-10] y rubia por mas senas,[84-11] y muy agraciada y valiente a pesar de sus cuarenta agostos.

—iPepita, no seas tan curiosa!... Yo te lo dire, si debo 25 decirtelo, luego que me entere. iMil veces te he advertido que respetes mis cartas!...

—iAdvertencia propia de un libertino como tu! En fin, idespacha! y veamos si yo puedo saber que papelote[84-12] te manda tu tio. iParece un billete de Banco del otro mundo!

30 En tanto que[84-13] su mujer decia aquellas cosas y otras, el musico leyo la carta, y maravillose hasta el extremo de ponerse de pie sin esfuerzo alguno.

Tenia, sin embargo, tal habito de disimular, que acerto a decir muy naturalmente: (p85) —iQue tonteria! iSin duda esta ya chocheando aquel mal hombre! ?Querras creer que me remite esta hoja de una Biblia en hebreo, para que yo busque algun judio que la compre imaginandose el muy bobo que daran por ella un dineral? 05 Al mismo tiempo...—anadio para cambiar la conversacion y guardandose[85-1] en la faltriquera la carta y el pergamino:—al propio tiempo... me pregunta con mucho interes si tenemos hijos.

—iEl no los tiene!...—observo vivamente Pepita.—iSin 10 duda piensa dejarnos por herederos!

—iMas facil es que al muy avaro se le haya ocurrido heredarnos a nosotros!... Pero icalla!: estan dando las once, y yo tengo que afinar el organo para las visperas de esta tarde.... Me voy. Oye, prenda: que la comida este dispuesta a 15 la una, y que no se te olvide[85-2] echar dos buenas patatas en el puchero. iQue si tenemos hijos[85-3]!... iVergueenza me da de haber de contestarle que no!

—iEscucha! iEspera! iOye!—contesto como un rayo la parte contraria....

20 —iYa! iYa!

—iAnda, zambombo, tonel, desagradecido![85-4] ?Quien te habra amado a ti en el mundo como esta necia, que, con ese barrigon y todo, te considera el hombre mas hermoso que Dios ha criado?

25 —?Si? ?Me has dicho hermoso? iPues mira, Pepa—respondio el artista, pensando seguramente en el pergamino arabe;—si mi tio llega a dejarme por heredero, o yo me hago rico de cualquier otro modo, te juro llevarte a vivir a la plaza de San Antonio de la ciudad de Cadiz, y comprarte mas 30 joyas que tiene la Virgen de las Angustias[85-5] de Granada! Conque hasta luego, pichona.

Y tirando un pellizco[85-6] en la barba a la que de antemano tenia ya el hoyo en ella, cogio el sombrero y tomo el (p86) camino..., no de la catedral, sino de las callejuelas en que suelen vivir las familias moras avecindadas en aquella plaza fuerte.[86-1]



VI

En la mas angosta de dichas callejuelas, y a la puerta de una muy pobre, pero muy blanqueada casucha, estaba sentado 05 en el suelo, o mas bien sobre sus talones, fumando en pipa de5 barro secado al sol, un moro de treinta y cinco a cuarenta anos, revendedor de huevos y gallinas, que le traian a las puertas de Ceuta los campesinos independientes de Sierra-Bullones y Sierra-Bermeja, y que el despachaba, a domicilio o en el mercado, 10 con una ganancia de ciento por ciento. Vestia chilava[86-2] de lana blanca y jaique[86-3] de lana negra, y llamabase entre los espanoles Manos-gordas, y entre los marroquies Admet-ben-Carime-el-Abdoun.

Tan luego como el moro vio al maestro de capilla levantose 15 y salio a su encuentro, haciendole grandes zalemas; y, cuando estuvieron ya juntos, dijole cautelosamente:

—?Querer[86-4] morita? Yo traer manana cosa meleja; de doce anos....

—Mi mujer no quiere mas criadas moras....—respondio 20 el musico con inusitada dignidad.

Manos-gordas se echo a reir.

—Ademas...—prosiguio D. Bonifacio—tus endiabladas moritas son muy sucias.

—Lavar....—respondio el moro, poniendose en cruz[86-5] y 25 ladeando la cabeza.

—iTe digo que no quiero moritas!—prosiguio D. Bonifacio.—Lo que necesito hoy es que tu, que sabes tanto y que por tanto saber eres interprete de la plaza, me traduzcas al espanol este documento.

30 Manos-gordas cogio el pergamino, y a la primera ojeada murmuro: (p87) —Estar moro....

—iYa lo creo que es arabe! Pero quiero saber que dice, y, si no me enganas, te hare un buen regalo... cuando se realice el negocio que confio a tu lealtad.

05 A todo esto, Admet-ben-Carime habia pasado ya la vista por todo el pergamino y puestose muy palido.

—?Ves que se trata de un gran tesoro?—medio afirmo, medio interrogo el maestro de capilla.

—Creer que si—tartamudeo el mahometano.

10 —?Como creer? iTu misma turbacion lo dice!

—Perdona....—replico Manos-gordas sudando a mares.[87-1] —Haber aqui palabras de arabe moderno, y yo entender. Haber otras de arabe antiguo o literario, y yo no entender.

—?Que dicen las palabras que entiendes?

15 —Decir oro, decir perlas, decir maldicion de Alah[87-2]... Pero yo no entender sentido, explicaciones ni senas. Necesitar ver al derwich de Anghera, que estar sabio, y el traducir todo. Llevarme yo pergamino hoy, y traer pergamino manana, y no enganar ni robar al senor Tudela. iMoro jurar!

20 Asi diciendo, cruzo las manos, se las llevo a la boca[87-3] y las beso fervorosamente.

Reflexiono D. Bonifacio: conocio que para descifrar aquel documento tendria que fiarse de algun moro, y que ninguno le era tan conocido ni tan afecto como Manos-gordas, y accedio 25 a dejarle el manuscrito, bien que bajo reiterados juramentos de que al dia siguiente estaria de vuelta de Anghera con la traduccion, y jurandole el, por su parte, que le entregaria lo menos[87-4] cien duros cuando fuese descubierto el tesoro.

Despidieronse el musulman y el cristiano, y este se dirigio, 30 no a su casa ni a la catedral, sino a la oficina de un amigo, donde escribio la siguiente carta:

"SR. D. MATIAS DE QUESADA Y SANCHEZ (p88) "Alpujarra, UGIJAR.

"Mi queridisimo tio:

"Gracias a Dios que hemos tenido noticias de usted y de tia 05 Encarnacion, y que estas son tan buenas como Josefa y yo deseabamos. Nosotros, querido tio, aunque mas jovenes que ustedes, estamos muy achacosos y cargados de diez hijos, que pronto se quedaran huerfanos y pidiendo limosna.

"Se burlo de usted quien le dijera que el pergamino que me 10 ha enviado contenia las senas de un tesoro. He hecho traducirlo por persona muy competente, y ha resultado ser una sarta de blasfemias contra Nuestro Senor Jesucristo, la Santisima Virgen y los santos de la Corte celestial, escritas en versos arabes por un perro morisco del marquesado del Cenet durante la 15 rebelion de Aben-Humeya.[88-2] En vista de semejante sacrilegio, y por consejo del senor Penitenciario,[88-3] acabo de quemar tan impio testimonio de la perversidad mahometana.

"Memorias a mi tia: recibanlas ustedes de Josefa, y mande algun socorro a su sobrino, que esta en los huesos[88-4] por 20 resultas del picaro dolor de estomago.

"BONIFACIO. "CEUTA, 29 de Enero de 1821."



VII

Al mismo tiempo que el maestro de capilla escribia la precedente carta y la echaba al correo, Admet-ben-Carime-el-Abdoun 25 reunia en un envoltorio no muy grande todo su hato y ajuar, reducidos a tres jaiques viejos, dos mantas de pelo de cabra, un mortero para hacer alcuzcuz,[88-5] un candil[88-6] de hierro y una olla de cobre llena de pesetas (que desenterro de un rincon del patinillo de su casa); cargo con todo ello a su unica mujer, 30 esclava, odalisca o lo que fuera, mas fea que una mala noticia (p89) dicha de pronto[89-1] y mas sucia que la conciencia de su marido, y saliose de Ceuta, diciendo al oficial de guardia de la puerta que da al campo moro que se iban a Fez[89-2] a mudar de aires por consejo de un veterinario. Y como quiera que esta sea la hora,[89-3] 05 despues de sesenta anos y algunos meses de ausencia, que no se haya vuelto a saber de Manos-gordas ni en Ceuta, ni en sus cercanias, dicho se esta[89-4] que D. Bonifacio Tudela y Gonzalez no tuvo el gusto de recibir de sus manos la traduccion del pergamino, ni al dia siguiente, ni al otro, ni en toda su vida, que por 10 cierto debio de ser muy corta, puesto que de informes dignos de credito aparece que su adorada Pepita se caso en Marbella en terceras nupcias con un tambor mayor asturiano, a quien hizo padre de cuatro hijos como cuatro soles, y era otra vez viuda a la muerte del Rey absoluto,[89-5] fecha en que gano por oposicion en 15 Malaga el destino de matrona aduanera.

Con que busquemos nosotros a Manos-gordas, y sepamos que fue de el y del interesante pergamino.



VIII

Admet-ben-Carime-el-Abdoun respiro alegremente, y aun hizo alguna zapateta,[89-6] sin que por eso se le cayesen las mal 20 aseguradas zapatillas, tan luego como se vio fuera de los redoblados muros de la plaza espanola y con toda el Africa[89-7] delante de si....

Porque Africa, para un verdadero africano como Manos-gordas, es la tierra de la libertad absoluta; de una libertad anterior 25 y superior a todas las Constituciones e instituciones humanas; de una libertad parecida a la de los conejos no caseros y demas animales de monte, valle o arenal.

Africa, quiero decir, es la Jauja[89-8] de los malhechores, el seguro de la impunidad, el campo neutral de los hombres y de las 30 fieras, protegido por el calor y la extension de los desiertos.(p90) En cuanto a los sultanes, reyes y beyes que presumen imperar en aquella parte del mundo, y a las autoridades y milites que los representan, puede decirse que vienen a ser, para tales vasallos, lo que el cazador para las liebres o para los corzos: un mal 05 encuentro 05 posible, que muy pocos tienen en la vida, y en el cual muere uno o no muere: si muere, tal dia hizo un ano;[90-1] y si no muere, con poner mucha tierra por medio[90-2] no hay que pensar [90-3] mas en el asunto. Sirva esta digresion de advertencia a quien la necesitare, y prosigamos nosotros nuestra relacion.

10 —iToma aqui,[90-4] Zama!—dijo el moro a su cansada esposa, como si hablase con una acemila.

Y, en lugar de dirigirse al Oeste, o sea hacia el Boquete de Anghera, en busca del sabio santon, segun habia dicho a D. Bonifacio, tomo hacia el Sur, por un barranquillo tapado de malezas 15 y arboles silvestres, que muy luego le llevo al camino de Tetuan,[90-5] o bien a la borrosa vereda que, siguiendo las ondulaciones de puntas y playas, conduce a Cabo-Negro por el valle del Tarajar, por el de los Castillejos, por Monte-Negron y por las lagunas de Rio-Azmir, nombres que todo espanol bien nacido 20 leera hoy con amor y veneracion, y que entonces no se habian oido pronunciar todavia en Espana ni en el resto del mundo civilizado.

Llegado que hubieron[90-6] ben-Carime[90-7] y Zama al vallecillo del Tarajar, dieronse un punto de descanso a la orilla del arroyuelo 25 de agua potable que lo atraviesa, procedente de las alturas de Sierra-Bullones; y en aquella tan segura y aspera soledad, que parecia recien salida[90-8] de manos del Criador y no estrenada todavia por el hombre; a la vista de un mar solitario, unicamente surcado, tal o cual[90-9] noche de luna, por carabos de piratas o buques oficiales de Europa encargados de perseguirlos, 30 30 la mora se puso a lavarse y peinarse, y el moro saco el manuscrito y volvio a leerlo con tanta emocion como la primera vez.

Decia asi el pergamino arabe: (p91) "La bendicion de Alah sea con los hombres buenos que lean estas letras.

"No hay mas gloria que la de Alah, de quien Mahoma fue y es, en el corazon de los creyentes, profeta y enviado.

05 "Los hombres que roban la casa del que esta en la guerra o en el destierro viven bajo la maldicion de Alah y de Mahoma, y mueren roidos de escarabajos y cucarachas.

"iBendito sea, pues, Alah, que crio estos y otros bichos para que se coman[91-1] a los hombres malos!

10 "Yo soy el caid Hassan-ben-Jussef, siervo de Alah, aunque malamente he sido llamado D. Rodrigo de Acuna por los sucesores de los perros cristianos que, haciendoles fuerza y violando solemnes capitulaciones, bautizaron con una escoba, a guisa de hisopo, a mis infortunados ascendientes y a otros muchos islamitas 15 de estos reinos.

"Yo soy capitan bajo el estandarte del que, desde la muerte de Aben-Humeya,[91-2] titulase legitimamente rey de los andaluces, Muley-Abdala-Mahamud-Aben-Aboo, el cual, si no esta ya sentado en el trono de Granada, es por la traicion y cobardia con 20 que los moros valencianos han faltado a sus compromisos y juramentos, dejando de alzarse al mismo tiempo que los moros granadinos contra el tirano comun; pero de Alah recibiran el pago, y, si somos vencidos nosotros, vencidos seran tambien ellos y expulsados a la postre de Espana, sin el merito de haber luchado hasta ultima hora en el campo del honor y en defensa 25 de la justicia; y, si somos vencedores, les cortaremos el pescuezo y echaremos sus cabezas a los marranos.

"Yo soy, en fin, el dueno de esta Torre y de toda la tierra que hay a su alrededor, hasta llegar por Occidente al barranco 30 del Zorro y por Oriente al de los Esparragos, el cual debe tal nombre a los muchos y muy exquisitos que cultivo alli mi abuelo Sidi-Jussef-ben-Jussuf.

"La cosa no anda bien. Desde que el mal nacido D. Juan de Austria[91-3] (confundalo Alah) vino a combatir contra los (p92) creyentes, prevemos que por ahora vamos a ser derrotados, sin perjuicio de que,[92-1] andando los anos[92-2] o las centurias, otro Principe de la sangre del Profeta venga a recobrar el trono de Granada, que ha pertenecido setecientos[92-3] anos a los moros, y 05 volvera a pertenecerles[92-4] cuando Alah quiera, con el mismo titulo con que lo poseyeron antes vandalos y godos, y antes los romanos, y antes aquellos otros africanos que se llamaban los cartagineses:[92-5] icon el titulo de la conquista! Pero conozco, vuelvo a decir, que por la presente[92-6] la cosa anda mal, y que 10 muy pronto tendre que trasladarme a Marruecos con mis cuarenta y tres hijos, suponiendo que[92-7] los austriacos no me cojan en la primera batalla y me cuelguen de un alcornoque, como yo los colgaria a todos ellos si pudiera.

"Pues bien: al salir de esta Torre para emprender la ultima 15 y decisiva campana dejo escondidos aqui, en sitio a que no podra llegar nadie sin topar primero con el presente manuscrito, todo mi oro, toda mi plata, todas mis perlas; el tesoro de mi familia; la hacienda de mis padres, mia y de mis herederos; el caudal de que soy dueno y senor por ley divina y humana, como 20 es del ave la pluma que cria, o como son del nino los dientes que echa con trabajo, o como son de cada mortal los malos humores de cancer o de lepra que hereda de sus padres.

"iDetente, por tanto, oh tu, moro, cristiano o judio que, habiendote puesto a derribar esta mi casa, has llegado a descubrir 25 y leer los renglones que estoy escribiendo! iDetente, y respeta el arca de tu projimo![92-8] iNo pongas la mano en su caudal! iNo te apoderes de lo ajeno! Aqui no hay nada del fisco, nada de dominio publico, nada del Estado. El oro de las minas podra pertenecer a quien lo descubra, y una parte de 30 el al Rey del territorio. Pero el oro fundido y acunado, el dinero, la moneda, es de su dueno, y nada mas que[92-9] de su dueno. iNo me robes, pues, mal hombre! iNo robes a mis descendientes, que ya vendran, el dia que este escrito,[92-10] a recoger su herencia! Y si es que buenamente, por casualidad, encuentras (p93) mi tesoro, te aconsejo que publiques edictos, llamando y notificando el caso a los causa-habientes de Hassan-ben-Jussef; que no es de hombres honestos[93-1] guardarse los hallazgos cuando estos hallazgos tienen propietario conocido.

05 "Si asi no lo hicieres, imaldito seas,[93-2] con la maldicion de Alah y con la mia! iY partate un rayo! iY quiera Dios que cada una de mis monedas se vuelva en tus manos un escorpion, y cada perla un alacran! iY que mueran de lepra tus hijos, con los dedos podridos y deshechos, para que no tengan ni tan siquiera [93-3] 10 el placer de rascarse! iY que tu hija la mayor se escape de tu casa con un judio! iY que a ti te metan un palo por el cuerpo, y te saquen asi a la vergueenza, teniendote en alto hasta que, con el peso de tu cuerpo, el palo salga por encima de la coronilla y quedes patiabierto en el suelo, como 15 indecente rana atravesada por un asador!

"Ya lo sabes, y sepanlo todos, y bendito sea Alah, que es Alah.

"Torre de Zoraya, en Aldeire del Cenet, a 15 dias del mes de Saphar del ano de la egira[93-4] 968.

20 "HASSAN-BEN-JUSSEF."



IX

Manos-gordas quedo profundamente preocupado con la nueva lectura de este documento, no por las maximas morales y por las espantosas maldiciones que contenia, pues el picaro habia perdido la fe en Alah y en Mahoma de resultas de[93-5] su frecuente 25 trato con los cristianos y judios de Tetuan y Ceuta, que, naturalmente, se reian del Coran,[93-6] sino por creer que su cara, su acento y algun otro signo musulman de su persona le impedian trasladarse a Espana, donde se veria expuesto a muerte segura tan luego como cualquier cristiano o cristiana descubriese en el 30 a un enemigo de la Virgen Maria. (p94) Ademas, ?que apoyo (a juicio de Manos-gordas) podria hallar en las leyes ni en las autoridades de Espana un extranjero, un mahometano, un semi-salvaje, para adquirir la Torre de Zoraya, para hacer excavaciones en ella, para entrar en posesion 05 del tesoro o para no perderlo inmediatamente con la vida?

—iNo hay remedio!—dijose por remate de largas reflexiones.—iTengo que confiarme al renegado ben-Munuza! El es espanol, y su compana[94-1] me librara de todo peligro en aquella tierra. Pero como no existe bajo la capa del cielo un hombre 10 de peor alma que el tal renegado, no me estara de mas[94-2] tomar algunas precauciones.

Y en virtud de esta cavilacion saco del bolsillo avios de escribir, redacto una carta, pusole el sobre, pegolo con un poco de pan mascado, y echose a reir de una manera diabolica.

15 En seguida fijo los ojos en su mujer, que continuaba haciendo la policia de todo un ano a costa de la limpieza fisica y... moral del malaventurado arroyuelo, y, llamandola por medio de un silbido, dignose hablarle de este modo:

—Cara de higo chumbo, sientate a mi lado y oyeme.... 20 Luego[94-3] acabaras de lavarte, que bien lo necesitas, y puede que entonces te juzgue merecedora de algo mejor que la paliza diaria con que te demuestro mi carino. Por de pronto,[94-5] sinvergueenzona,[94-6] dejate de monadas y enterate bien de lo que voy a decirte.

25 La mora, que, lavada y peinada, resultaba mas joven y artistica, aunque no menos fea que antes, se relamio como una gata, clavo en Manos-gordas los dos carbunclos que le servian de ojos, y dijole, mostrando sus blanquisimos y anchos dientes, que nada tenian de humanos:

30 —Habla, mi senor; que tu esclava solo desea servirte.

Manos-gordas continuo:

—Si desde este momento en adelante llega a ocurrirme alguna desgracia, o desaparezco del mundo sin haberme despedido de ti, o, habiendome despedido, no tienes noticias mias en seis (p95) semanas, procura volver a entrar en Ceuta y echa esta carta al correo. ?Te has enterado bien, cara de mona?

Zama rompio a llorar, y exclamo:

—iAdmet! ?Piensas dejarme?

05 —iNo rebuznes, mujer!—contesto el moro.—?Quien habla ahora de eso? iDemasiado sabes que me gustas y que me sirves! Pero de lo que[95-1] ahora se trata es de que te hayas enterado bien de mi encargo....

—iTrae!—dijo la mora, apoderandose de la carta, abriendose 10 el justillo y colocandola entre el y su gordo y pardo seno, al lado del corazon.—Si algo malo llega a sucederte, esta carta caera en el correo de Ceuta, aunque despues caiga yo en la sepultura.

Aben-Carime sonrio humanamente al oir aquellas palabras, y 15 dignose mirar a su mujer como a una persona.



X

Mucho y muy regaladamente debio de dormir aquella noche el matrimonio agareno[95-2] entre los matorrales del camino, pues no serian menos de las nueve de la siguiente manana cuando llego al pie de Cabo-Negro.

20 Hay alli un aduar de pastores y labriegos arabes, llamado "Medik", compuesto de algunas chozas, de un morabito o ermita mahometana, y de un pozo de agua potable, con su brocal de piedra y su acetre de cobre, como los que figuran en algunas escenas biblicas.

25 El aduar se hallaba completamente solo en aquel momento. Todos sus habitantes habian salido ya con el ganado o con los aperos de labor a los vecinos montes y canadas.

—Esperame aqui...—dijo Manos-gordas a su mujer.—Yo voy a buscar a ben-Munuza, que debe de hallarse al otro 30 lado de aquel cerro arando los pobres secanos que alli posee.

—iBen-Munuza!—exclamo Zama con terror.—iEl renegado de quien me has dicho.... (p96)

—Descuida....—interrumpio Manos-gordas.— iHoy puedo yo mas que el! Dentro de un par de horas estare de vuelta, y veras como se viene[96-1] detras de mi con la humildad de un perro. Esta es su choza.... Aguardanos en ella, y haznos 05 una buena racion de alcuzcuz[96-2] con el maiz y la manteca que hallaras a mano. iYa sabes que me gusta muy recocido![96-3] iAh! Se me olvidaba.... Si ves que anochece y no he bajado, sube tu; y si no me hallas en la otra ladera del cerro o me hallas cadaver, vuelvete a Ceuta y echa la carta al correo.... 10 Otra advertencia: suponiendo que sea mi cadaver lo que encuentres, registrame, a ver[96-4] si ben-Munuza me ha robado o no este pergamino.... Si me lo ha robado, vuelvete de Ceuta a Tetuan, y denuncia a las autoridades el asesinato y el robo. iNo tengo mas que decirte! Adios.

15 La mora se quedo llorando a lagrima viva, y Manos-gordas tomo la senda que llevaba a la cumbre del inmediato cerro.



XI

Pasada la cumbre, no tardo en descubrir en la canada proxima a un corpulento moro vestido de blanco, el cual araba patriarcalmente la negruzca tierra con auxilio de una hermosa 20 yunta de bueyes. Parecia aquel hombre la estatua de la Paz tallada en marmol. Y, sin embargo, era el triste y temido renegado ben-Munuza, cuya historia os causara espanto cuando la conozcais.

Contentaos por lo pronto con saber que tendria cuarenta anos, 25 y que era rudo, fuerte, agil y de muy lugubre fisonomia, bien que sus ojos fuesen azules como el cielo y rubias sus barbas como aquel sol de Africa que habia dorado a fuego[96-5] la primitiva blancura europea de su semblante.

—iBuenos dias, Manos-gordas!—grito en castellano el antiguo 30 espanol, tan luego como diviso al marroqui.

Y su voz expreso la alegria melancolica propia del extranjero que halla ocasion de hablar la lengua patria. (p97) —iBuenos dias, Juan Falgueira!—respondio sarcasticamente ben-Carime.

El renegado temblo de pies a cabeza al oir semejante saludo, y saco del arado la reja de hierro como para defender su vida.

05 —?Que nombre acabas de pronunciar?—anadio luego, avanzando hacia Manos-gordas.

Este lo aguardaba riendose, y le respondio en arabe, con un valor de que nadie le hubiera creido capaz:

—He pronunciado... tu verdadero nombre: el nombre 10 que llevabas en Espana cuando eras cristiano, y que yo conozco desde que estuve en Oran[97-1] hace tres anos....

—?En Oran?

—iEn Oran, si, senor!... ?Que tiene eso de extraordinario? De alli habias venido tu a Marruecos,[97-2] y alli fui yo a comprar 15 gallinas. Alli pregunte tu historia, dando tus senas, y alli me la contaron varios espanoles. Supe,[97-3] por tanto, que eras gallego, que te llamabas Juan Falgueira, y que te habias escapado de la Carcel Alta de Granada, donde estabas ya en capilla para ir a la horca por resultas de[97-4] haber robado y dado 20 muerte, hace quince anos, a unos senores a quienes servias en clase de mulero.... ?Dudaras ahora de que te conozco perfectamente?

—Dime, alma mia...—respondio el renegado con voz sorda y mirando a su alrededor—?y has contado eso a algun 25 marroqui? ?Lo sabe alguien mas que tu en esta condenada tierra? Porque es el caso que yo quiero vivir en paz, sin que nadie ni nada me recuerde aquella mala hora, que harto he purgado. Soy pobre; no tengo familia, ni patria, ni lengua, ni el Dios que me crio. Vivo entre enemigos, sin mas capital 30 que estos bueyes y que esos secanos, comprados a fuerza de[97-5] diez anos de sudores.... Por consiguiente, haces muy mal en venir a decirme....

—iEspera!—respondiole muy alarmado Manos-gordas—No me eches esas miradas de lobo, que vengo a hacerte un (p98) gran favor, y no a ofenderte por mero capricho. iA nadie he contado tu desgraciada historia! ?Para que? iTodo secreto puede ser un tesoro, y quien lo cuenta se queda sin el! Hay, empero, ocasiones en que se hacen cambios de secretos sumamente 05 utiles. Por ejemplo: yo te voy a contar un importante secreto mio, que te servira como de fianza del tuyo, y que nos obligara a ser amigos toda la vida....

—Te oigo. Concluye....—respondio calmosamente el renegado.

10 Aben-Carime leyole entonces el pergamino arabe, que Juan Falgueira oyo sin pestanear y como enojado; visto lo cual[98-1] por el moro, y a fin de acabar de atraerse su confianza, le revelo tambien que habia robado aquel documento a un cristiano de Ceuta....

15 El espanol se sonrio ligeramente al pensar en el mucho miedo que debia de tenerle el mercader de huevos y de gallinas cuando le contaba sin necesidad aquel robo, y, animado el pobre Manos-gordas con la sonrisa de ben-Munuza, entro al fin en el fondo del asunto, hablando de la siguiente 20 manera:

—Supongo que te has hecho cargo[98-2] de la importancia de este documento y de la razon por que te lo he leido. Yo no se donde esta la Torre de Zoraya, ni Aldeire, ni el Cenet: yo no sabria ir a Espana, ni caminar por ella; y, ademas, alli me 25 matarian por no ser cristiano, o, cuando menos,[98-3] me robarian el tesoro antes o despues de descubierto.[98-4] Por todas estas razones necesito que me acompane un espanol fiel y leal, de cuya vida sea yo dueno y a quien pueda hacer ahorcar con media palabra; un espanol, en fin, como tu, Juan Falgueira, que, 30 despues de todo, nada adelantaste con robar ni matar, pues trabajas aqui como un asno, cuando con los millones que voy a proporcionarte podras irte a America, a Francia, a la India, y gozar, y triunfar, y subir tal vez hasta rey.[98-5] ?Que te parece mi proyecto?[98-6] (p99) —Que esta bien hilado, como obra de un moro....—respondio ben-Munuza, de cuyas recias manos, cruzadas sobre la rabadilla, pendia, balanceandose, la barra de hierro a la manera de la cola de un tigre.

05 Manos-gordas se sonrio ufanamente, creyendo aceptada su proposicion.

—Sin embargo....—anadio despues el sombrio gallego.—Tu no has caido en una cuenta[99-1]....

—?En cual?—pregunto comicamente ben-Carime, alzando 10 mucho la cara y no mirando a parte alguna, como quien se dispone a oir sandeces y majaderias.

—iTu no has caido en que yo seria tonto de capirote[99-2] si me marchase contigo a Espana a ponerte en posesion de... medio tesoro, contando con que tu me pondrias a mi en posesion 15 del otro medio! Lo digo porque no tendrias mas que pronunciar media palabra el dia que llegasemos a Aldeire y te creyeses libre de peligros, para zafarte de mi compania y de darme la mitad de las halladas riquezas.... iEn verdad que no eres tan listo como te figuras, sino un pobre hombre, digno 20 de lastima, que te has metido en un callejon sin salida al descubrirme las senas de ese gran tesoro y decirme al mismo tiempo que conoces mi historia, y que, si yo fuera contigo a Espana, serias dueno absoluto de mi vida!... Pues ?para que te necesito yo a ti? ?Que falta me hace tu ayuda para ir a apoderarme 25 del tesoro entero? ?Ni[99-3] que falta me haces en el mundo? ?Quien eres tu, desde el momento en que me has leido ese pergamino, desde el momento en que puedo quitartelo?

—?Que dices?—grito Manos-gordas, sintiendo de pronto circular por todos sus huesos el frio de la muerte.

30 —No digo nada.... iToma!—respondio Juan Falgueira, asestando un terrible golpe con la barra de hierro sobre la cabeza de ben-Carime, el cual rodo en tierra, echando sangre por ojos, narices y boca, y sin poder articular palabra....

El desgraciado estaba muerto.



(p100) XII

Tres o cuatro semanas despues de la muerte de Manos-gordas, el veintitantos[100-1] de Febrero de 1821, nevaba si habia que nevar[100-2] en la villa de Aldeire y en toda la elegantisima sierra andaluza,[100-3] a que la propia nieve da vida y nombre.

05 Era domingo de Carnaval, y la campana de la iglesia llamaba por cuarta vez a misa, con su voz delgada y pura como la de un nino, a los ateridos cristianos de aquella feligresia demasiado proxima al cielo, los cuales no se resignaban facilmente, en dia tan crudo y desapacible, a dejar la cama o a separarse de los 10 tizones, alegando acaso, como pretexto, que "los dias de Carnestolendas no se debe rendir culto a Dios, sino al diablo."

Algo semejante decia por lo menos el tio Juan Gomez a su piadosa mujer, la sena[100-4] Torcuata, defendiendose, en el rincon del fuego, de los argumentos con que nuestra amiga le rogaba 15 que no bebiera mas aguardiente ni comiese mas roscos, sino que la acompanase a misa, a fuer de buen cristiano, sin miedo alguno a las criticas del maestro de escuela y demas electores liberales; y muy enredada estaba la disputa cuando cata aqui[100-5] que entro en la cocina el tio Jenaro, mayoral de los pastores 20 de su merced, y dijo, quitandose el sombrero y rascandose la cabeza, todo de un solo golpe:[100-6]

—iBuenos dias nos de Dios, senor Juan y sena Torcuata! Ya se haran ustedes cargo[100-7] de que algo habra sucedido por alla arriba para que yo baje por aqui con tan mal tiempo, no 25 tocandome oir misa este domingo. ?Como va de salud?

—iVaya! ivaya! ino espero mas!—exclamo la mujer del alcalde, cruzandose la mantilla[100-8] con violencia.—iEstaria de Dios[100-9] que hoy echases la misa en el puchero![100-10] iYa tienes ahi conversacion y copas para todo el dia, sobre si [100-11] 30 las cabras estan prenadas o sobre si los borregos han echado cuernos! (p101) iTe condenaras, Juan; te condenaras si no haces pronto las paces con la Iglesia dejando la maldita alcaldia!

Marchado que se hubo[101-1] la sena Torcuata, el Alcalde alargo un rosco y una copa al mayoral, y le dijo:

05 —iSimplezas de mujeres, tio Jenaro! Arrimese usted a la lumbre y hable. ?Que ocurre por alla arriba?

—iPues nada! que ayer tarde el cabrero Francisco vio que un hombre, vestido a la malaguena, con pantalon largo y chaquetilla de lienzo, y liado en una manta de muestra,[101-2] se habia 10 metido en el corral nuevo por la parte que todavia no tiene tapia, y rondaba la Torre del Moro, estudiandola y midiendola come si fuese un maestro de obras.[101-3] Preguntole Francisco que significaba aquello, y el forastero le interrogo a su vez quien era el dueno de la Torre; y como Francisco le dijese que nada menos 15 que el Alcalde del pueblo, repuso que el hablaria a la noche con su merced y le explicaria sus planes. Llego presto la noche, y el hombre hizo como que se marchaba,[101-4] con lo que el cabrero se encerro en su choza, que, como sabe usted, dista poco de alli. Dos horas despues de obscurecer enteramente noto el 20 mismo Francisco que en la Torre sonaban ruidos muy raros y se veia luz, lo cual le lleno de tal miedo que ni tan siquiera [101-5] se atrevio a ir a mi choza a avisarme; cosa que hizo en cuanto fue de dia,[101-6] refiriendome el lance de ayer tarde, y advirtiendome que los tales ruidos[101-7] habian durado toda la 25 noche. Como yo soy viejo, y he servido al Rey, y me asusto de pocas cosas, me plantifique en seguida en la Torre del Moro acompanado de Francisco, que iba temblando, y encontramos al forastero liado en su manta y durmiendo en un cuartucho[101-8] del piso bajo, que tiene todavia su boveda de hormigon. Desperte al 30 sospechoso personaje, y le reconvine por haber pasado la noche en la casa ajena sin la voluntad de su dueno; a lo que me respondio que aquello no era casa, sino un monton de escombros, donde bien podia haberse albergado un pobre caminante en noche de nieves, y que estaba dispuesto a presentarse a (p102) usted y a explicarle quien era y todas sus operaciones y pensamientos. Le he hecho, pues, venir conmigo, y en la puerta del corral aguarda, acompanado del cabrero, a que usted le de licencia para entrar....

05 —iQue entre!—respondio el tio Hormiga, levantandose muy alterado por habersele ocurrido, desde las primeras palabras del mayoral, que todo aquello tenia bastante que ver con el celebre tesoro, a cuyo hallazgo por sus solos esfuerzos habia renunciado su merced hacia una semana, despues de arrancar 10 antes inutilmente muchas y muy pesadas piedras de silleria.



XIII

Tenemos ya cara a cara y solos al tio Juan Gomez y al forastero.

—?Como se llama usted?—interrogo el primero al segundo con todo el imperio de un Alcalde de monterilla[102-1] y sin 15 invitarle a que se sentara.

—Llamome Jaime Olot—respondio el hombre misterioso.

—iSu habla de usted no me parece de esta tierra!...—?Es usted ingles?

—Soy catalan.[102-2]

20 —iHombre! iCatalan!... Me parece bien. Y... ?que le trae a usted por aqui? Sobre todo, ?que diablos de medidas tomaba usted ayer en mi Torre?

—Le dire a usted. Yo soy minero de oficio, y he venido a buscar trabajo a esta tierra, famosa por sus minas de cobre y 25 plata. Ayer tarde, al pasar por la Torre del Moro, vi que con las piedras de ella extraidas estaban construyendo una tapia, y que aun seria necesario derribar o arrancar otras muchas para terminar el cercado.... Yo me pinto solo[102-3] en esto de demoler, ya sea dando barrenos, ya por medio de mis propios 30 punos, pues tengo mas fuerza que un buey, y ocurrioseme la idea de tomar a mi cargo, por contrata, la total destruccion (p103) de la Torre y el arranque de sus cimientos, suponiendo que llegase a entenderme con el propietario.

El tio Hormiga guino sus ojillos grises, y respondio con mucha sorna:

05 —Pues, senor; no me conviene la contrata.

—Es que[103-l] hare todo ese trabajo por muy poco precio, casi de balde....

—iAhora me conviene mucho menos!

El llamado Jaime Olot paro mientes[103-2] en la soflama del tio 10 Juan Gomez, y mirole a fondo como para adivinar el sentido de aquella rara contestacion; pero, no logrando leer nada en la fisonomia zorruna de su merced, pareciole oportuno anadir con fingida naturalidad:

—Tampoco dejaria de agradarme[103-3] recomponer parte de 15 aquel antiguo edificio y vivir en el cultivando el terreno que destina usted a corral de ganado. iLe compro a usted, pues, la Torre del Moro y el secano que la circunda!

—No me conviene vender—respondio el tio Hormiga.

—iEs que le pagare a usted el doble de lo que aquello 20 valga!—observo enfaticamente el que se decia catalan.

—iPor esa razon me conviene menos!—repitio el andaluz con tan insultante socarroneria, que su interlocutor dio un paso atras, como quien conoce que pisa terreno falso.

Reflexiono, pues, un momento, pasado el cual alzo la cabeza 25 con entera resolucion, echo los brazos a la espalda[103-4] y dijo, riendose cinicamente:

—iLuego sabe usted que en aquel terreno hay un tesoro!

El tio Juan Gomez se agacho, sentado como estaba; y, mirando al catalan de abajo arriba, exclamo donosisimamente:

30 —iLo que me choca es que lo sepa usted!

—iPues mucho mas le chocaria si le dijese que soy yo el unico que lo sabe de cierto!

—?Es decir que conoce usted el punto fijo en que se halla sepultado el tesoro? (p104) —Conozco el punto fijo, y no tardaria veinticuatro horas en desenterrar tanta riqueza como alli duerme a la sombra....

—Segun eso, ?tiene usted cierto documento?...

—Si, senor; tengo un pergamino del tiempo de los moros, 05 de media vara en cuadro..., en que todo eso se explica....

—Digame usted; ?y ese pergamino?...

—No lo llevo sobre mi persona, ni hay para que, supuesto que me lo se[104-l] de memoria al pie de la letra[104-2] en espanol 10 y en arabe.... iOh! ino soy yo tan bobo que me entregue nunca con armas y bagajes! Asi es que antes de presentarme en estas tierras escondi el pergamino... donde nadie mas que yo podra dar con el.

—iPues entonces no hay mas que hablar! Senor Jaime 15 Olot, entendamonos como dos buenos amigos...—exclamo el Alcalde, echando al forastero una copa de aguardiente.

—iEntendamonos!—repitio el forastero, sentandose sin mas permiso y bebiendose la copa en toda regla.

—Digame usted—continuo el tio Hormiga,—y digamelo 20 sin mentir, para que yo me acostumbre a creer en su formalidad....

—Vaya usted preguntando, que yo me callare cuando me convenga ocultar alguna cosa.

—?Viene usted de Madrid?

25 —No, senor. Hace veinticinco anos que estuve en la corte por primera y ultima vez.

—?Viene usted de Tierra Santa?

—No, senor. No me da por ahi.[104-3]

—?Conoce usted a un abogado de Ugijar llamado D. Matias 30 de Quesada?

—No, senor; yo detesto a los abogados y a toda la gente de pluma.

—Pues, entonces, ?como ha llegado a poder de usted ese pergamino? (p105) Jaime Olot guardo silencio.

—iEso me gusta! iveo que no quiere usted mentir!—exclamo el Alcalde.—Pero tambien es cierto que D. Matias de Quesada me engano como a un chino,[105-1] robandome dos onzas 05 de oro, y vendiendo luego aquel documento a alguna persona de Melilla[105-2] o de Ceuta.... iPor cierto que, aunque usted no es moro, tiene facha de haber estado por alla!

—iNo se fatigue usted ni pierda el tiempo! Yo le sacare a usted de dudas. Ese abogado debio de enviar el manuscrito 10 a un espanol de Ceuta, al cual se lo robo hace tres semanas el moro que me lo ha traspasado a mi....

—iToma! iya caigo! Se lo enviaria a un sobrino que tiene de musico[105-3] en aquella catedral..., a un tal Bonifacio de Tudela....

15 —Puede ser.

—iPicaro D. Matias! iEstafar de ese modo a su compadre![105-4] iPero vease como la casualidad ha vuelto a traer el pergamino a mis manos!...

—Dira usted a las mias...—observo el forastero.

20 —iA las nuestras!—replico el Alcalde, echando mas aguardiente.—iPues, senor! isomos millonarios! Partiremos el tesoro mitad por mitad, dado que[105-5] ni usted puede excavar en aquel terreno sin mi licencia, ni yo puedo hallar el tesoro sin auxilio del pergamino que ha llegado a ser de 25 usted. Es decir, que la suerte nos ha hecho hermanos. iDesde hoy vivira usted en mi casa! iVaya otra copa! Y, en seguidita que almorcemos,[105-6] daremos principio a las excavaciones....

Por aqui iba la conferencia cuando la sena Torcuata volvio 30 de misa. Su marido le refirio todo lo que pasaba y le hizo la presentacion del senor Jaime Olot. La buena mujer oyo con tanto miedo como alegria la noticia de que el tesoro estaba a punto de parecer; santiguose repetidas veces al enterarse de la traicion y vileza de su compadre D. Matias de Quesada, y miro (p106) con susto al forastero, cuya fisonomia le hizo presentir grandes infortunios.

Sabedora, en fin, de que tenia que dar de almorzar a aquel hombre, entro en la despensa a sacar de lo mas precioso y 05 reservado que contenia, o sea lomo en adobo y longaniza de la reciente matanza, no sin decirse mientras destapaba las respectivas orzas:

—iTiempo es de que parezca el tesoro; pues, entre si parece o no parece,[106-1] nos lleva de coste los treinta y dos 10 duros de la famosa jicara de chocolate, la antigua amistad del compadre D. Matias, estas hermosas tajadas, que tan ricas habrian estado con pimientos y tomates en el mes de Agosto, y el tener de huesped a un forastero de tan mala cara. iMalditos sean los tesoros, y las minas, y los diablos, y todo lo que esta debajo 15 de tierra, menos el agua y los fieles difuntos!



XIV

Pensando estaba asi la sena Torcuata, y ya se dirigia a las hornillas con una sarten en cada mano, cuando se oyeron sonar en la calle gritos y silbidos de viejas y chicuelos, y voces de gente mas formal que decia:

20 —iSenor Alcalde! iAbra usted la puerta! iLa Justicia de la ciudad esta entrando en el pueblo con mucha tropa!

Jaime Olot se puso mas amarillo que la cera al oir aquellas palabras, y dijo, cruzando las manos:

—iEscondame usted, senor Alcalde! iDe lo contrario,[106-2] no 25 tendremos tesoro! iLa justicia viene en mi busca!

—?En busca de usted? ?Por que razon? ?Es usted algun criminal?

—iBien lo decia yo!—grito la tia Torcuata.—iDe esa cara triste no podia venir nada bueno! iTodo esto es cosa 30 de Lucifer! (p107) —iPronto! ipronto!—anadio el forastero.—iSaqueme usted por la puerta del corral!

—iBien! Pero deme usted antes las senas del tesoro....—expuso el tio Hormiga.

05 —Senor Alcalde....—seguian diciendo los que llamaban a la puerta. —iAbra usted! iEl pueblo esta cercado! iParece que buscan a ese hombre que habla con usted hace una hora!...

—iAbrid al Juzgado de primera instancia![107-1]—grito por 10 ultimo una voz imperiosa, acompanada de fuertes golpes dados a la puerta.

—iNo hay remedio!—dijo el Alcalde, yendo a abrir, mientras que el forastero se encaminaba por la otra puerta en busca del corral.

15 Pero el mayoral y el cabrero, advertidos de todo, le cerraron el paso, y entre ellos y los soldados, que ya penetraban tambien por aquella puerta, lo cogieron y ataron sin contratiempo alguno, aunque aquel diablo de hombre desplego en la lucha las fuerzas y la agilidad de un tigre.

20 El alguacil del Juzgado, a cuyas ordenes iban un escribano y veinte soldados de infanteria, contaba entre tanto al despavorido Alcalde las causas y fundamentos de aquella prision tan aparatosa.

—Ese hombre—decia—con quien usted estaba encerrado 25 ... no se por que, hablando de... no se que asunto, es el celebre gallego Juan Falgueira, que degollo y robo hace quince anos a unos senores, de quienes era mulero, en cierta caseria de la vega de Granada, y que se escapo de la capilla la vispera de la ejecucion vestido con el habito del fraile que lo auxiliaba, 30 a quien dejo alli medio estrangulado. El mismisimo Rey (q.D.g.[107-2]) recibio hace quince dias una carta de Ceuta, firmada por un moro llamado Manos-gordas, en que le decia que Juan Falgueira, despues de haber residido largo tiempo en (p108) Oran y otros puntos de Africa, iba a embarcarse para Espana, y que seria facil echarle mano[108-1] en Aldeire del Cenet, pensaba comprar una torre de moros y dedicarse a la mineria.... Al propio tiempo el Consul espanol en Tetuan escribia a 05 nuestro Gobierno participandole que una mora llamada Zama se le habia presentado quejandose de que el renegado espanol ben-Munuza, antes Juan Falgueira, acababa de embarcarse para Espana despues de asesinar al moro Manos-gordas, marido de la querellante, y de haberle robado cierto precioso pergamino.... 10 Por todo ello, y muy principalmente por el atentado contra el fraile en la capilla, S.M. el Rey ha recomendado con particular encarecimiento a la Chancilleria[108-2] de Granada la captura del tal facineroso y su inmediata ejecucion en aquella misma capital.

15 Imaginese el que leyere el espanto y asombro de todos los que oyeron esta relacion, asi como la angustia del tio Hormiga, a quien no podia caber ya duda de que el pergamino estaba en poder de aquel hombre isentenciado a muerte!

Atreviose, pues, el codicioso Alcalde, aun a riesgo de comprometerse 20 mas de lo que ya estaba, a llamar a un lado a Juan Falgueira y a hablarle al oido, bien que anunciando antes al concurso que iba a ver si lograba que confesase a Dios y a los hombres sus delitos. Pero lo que hablaron en realidad ambos socios fue lo siguiente:

25 —iCompadre![108-3]—dijo el tio Hormiga.—iNi la Caridad[108-4] lo salva[108-5] a usted! Pero ya conoce que sera lastima que ese pergamino se pierda.... iDigame donde lo ha escondido!

—iCompadre!—respondio el gallego.—Con ese pergamino, o sea[108-6] con el tesoro que representa, pienso yo negociar 30 mi indulto. Proporcioneme usted la Real gracia, y le entregare el documento; pero, por lo pronto,[108-7] se lo ofrecere a los jueces para que declaren que mi crimen ha prescrito[108-8] en estos quince anos de expatriacion.... (p109) —iCompadre!—replico el tio Hormiga—es usted un sabio, y celebrare que le salgan bien todos sus planes. Pero, si fracasan, ipor Dios le pido que no se lleve a la tumba un secreto que no aprovechara a nadie!

05 —iVaya si me lo llevare![109-1]—contesto Juan Falgueira—iDe algun modo me he de vengar[109-2] del mundo!

—iVamos andando![109-3]—grito en esto el alguacil, poniendo termino a aquella curiosa conferencia.

Y, cargado que fue de grillos y esposas el condenado a 10 muerte, salieron con el los curiales y los soldados en direccion a la ciudad de Guadix, de donde habian de conducirlo a la de Granada.

—iEl demonio! iEl demonio!—seguia diciendo la mujer del tio Juan Gomez una hora despues, al colocar de nuevo el 15 lomo y la longaniza en sus respectivas orzas.—iMalditos sean todos los tesoros habidos y por haber![109-4]



XV

Excusado es decir que ni el tio Hormiga hallo medio de negociar el indulto de Juan Falgueira, ni los jueces se rebajaron a oir seriamente los ofrecimientos que este les hizo de un 20 tesoro porque sobreseyesen su causa, ni el terrible gallego accedio a revelar el paradero del pergamino ni el sitio del tesoro al imperterrito Alcalde de Aldeire, quien, con tal pretension, tuvo todavia estomago para ir a visitarlo a la capilla en la Carcel Alta de Granada.

25 Ahorcaron, pues, a Juan Falgueira el Viernes de Dolores[109-5] en el paseo del Triunfo, y regresado que hubo[109-6] a Aldeire el tio Hormiga el Domingo de Ramos,[109-7] cayo enfermo con calentura tifoidea, agravandose de tal modo en pocos dias que el Miercoles Santo[109-8] se confeso e hizo testamento, y expiro el Sabado 30 de Gloria[109-9] por la manana. (p110) Pero antes de morir mando poner una carta[110-1] a D. Matias de Quesada, reconviniendole por su traicion y latrocinio (que habian dado lugar a que tres hombres perdiesen la vida) y 05 perdonandole cristianamente, a condicion de que devolviese a la sena Torcuata los treinta y dos duros de la jicara de chocolate.

Llego esta formidable carta a Ugijar al mismo tiempo que la noticia de la muerte del tio Juan Gomez; todo lo cual afecto por tal extremo al viejo abogado que no volvio a echar mas luz,[110-2] y murio de alli a poco, no sin escribir a ultima hora 10 una terrible epistola, llena de insultos y maldiciones, a su sobrino el maestro de la capilla de la catedral de Ceuta, acusandole de haberle enganado y robado, y de ser causa de su muerte.

De la lectura de tan justificada y tremenda acusacion dicen que se origino la apoplejia fulminante que llevo al sepulcro a 15 D. Bonifacio.

Por manera que[110-3] solamente los barruntos de la existencia de un tesoro fueron causa de cinco muertes y de otras desventuras, quedando a la postre las cosas tan ignoradas y ocultas como estaban al principio, puesto que la sena Torcuata, unica persona 20 que ya sabia en el mundo la historia del fatal pergamino, guardose muy bien de volver a mentarlo en toda su vida, por juzgar que todo aquello habia sido obra del diablo y consecuencia necesaria del trato de su marido con los enemigos del Altar y del Trono.

25 Preguntara el lector: ?como es que nosotros, sabedores de que el tesoro esta alli escondido, no hemos ido a desenterrarlo y apoderarnos de el? Y a esto le responderemos que la curiosisima historia del hallazgo y empleo de aquellas riquezas, con posterioridad a[110-4] la muerte de la sena Torcuata, nos es tambien 30 perfectamente conocida, y que tal vez la refiramos, andando el tiempo,[110-5] si llega a nuestra noticia que el publico tiene interes en leerla.

VALDEMORO, 6 de Julio de 1881.



EL ANO EN SPITZBERG (p111)

I

Estoy viendo desaparecer hacia el Mediodia el buque ballenero que me deja abandonado en esta isla desierta, sobre la arena de una playa sin nombre.

iHeme aqui solo; solo en un ambito de mil leguas!

05 Yo amaba a una mujer.... El demonio de los celos me mordio el corazon, y he matado a mi rival en desafio.... iEra un principe!...

Y el Gobierno ruso me ha condenado a pasar aqui un ano...; es decir, me ha condenado a muerte.

10 iAh! ?Por que no me entrego al hacha[111-2] del verdugo? ?Por que hacerme expirar de frio, de hambre, de tristeza, de desesperacion, o disputando mi cuerpo al terrible oso blanco, si mi delito no era mas que uno?

iSpitzberg!... iEstoy en el terrible archipielago que 15 ninguna raza ha podido habitar! iMe hallo a los 77 grados latitud Norte, a doscientas sesenta leguas del Polo!

Creo haber oido decir a mis asesinos que esta isla es la del Nordeste, la mas meridional del horroroso grupo, la mas templada de todas.... iCruel compasion..., que prolongara 20 algunas horas mi agonia!

Ignoro en cual de estos tempanos de hielo eterno tiene la Rusia una colonia para la peleteria y la pesca de la ballena; pero lo que si se[111-3] es que los colonos emigrarian[111-4] (p112) a la Laponia a fines de Agosto,[112-1] hace dos meses, y no volveran hasta la primavera...; identro de doscientos cuarenta dias!

iEstoy, pues, solo, sin hogar, sin amparo, sin viveres, sin consuelos!

05 iMorir! He aqui mi inevitable y proxima suerte.

Hoy es 17 de Octubre.... El frio avanza por el Norte.... Dentro de pocos dias me helare sin remedio.

Entretanto me alimentare con la caza. iSiquiera[112-2] esos crueles me han dejado una escopeta... "por si queria[112-3] suicidarme 10 de este modo"! Matare rengiferos, chupare hielo y me procurare un abrigo entre esas rocas. El ingles Parry[112-4] habito cabanas de nieve en el Norte de America a los 73 grados.

iAh! Si...; ipero yo estoy cuatro grados mas cerca del Polo, y no tengo fuego para calentarme!

15 iMorir! iMorir! iHe aqui mi infalible destino!



II

Han transcurrido seis dias.

Una rafaga de esperanza brilla ante mis ojos....

Me he procurado fuego como Robinson,[112-5] rozando dos pedazos de cedro.

20 Ayer encontre en el centro de inmensa roca una profunda cavidad muy reservada del frio.

Todos los dias mato cinco o seis rengiferos, los despedazo y conservo la carne entre los tempanos de hielo.

Asi se conservara incorrupta hasta el ano que viene.

25 Tambien hago provision de combustibles. No tengo hacha; pero el frio me sirve de lenador. Todas las noches crujen algunos arboles y saltan hechos astillas por el rigor de la helada, y yo traslado a mi gruta cada manana miles de estos fragmentos, que alimentaran mi hogar hasta que me muera.

30 Voy, pues, a entablar una insensata lucha con el invierno. (p113) iPorque deseo vivir y volver al lado de los hombres! iPorque la soledad me ha vuelto cobarde!... iPorque adoro la vida!...



III

El frio es ya irresistible....

05 Ha llegado el momento de encerrarme en las entranas de esa pena; de incrustarme en su centro como un marisco en su concha.

Antes de sepultarme en la que acaso sera efectivamente mi tumba; antes de vestirme esa mortaja de piedra, quiero despedirme 10 del mundo, de la Naturaleza, de la luz, de la vida....

Camina el sol tan poco elevado en el horizonte, que desde que sale hasta que se pone no hace mas que recorrer su ocaso [113-1] como luminoso fantasma que da vueltas alrededor de su sepulcro.

15 Sus rayos palidos y horizontales reverberan tristemente sobre el mar.

Las aguas empiezan a rizarse.... Pronto quedaran encadenadas por el hielo.

La boveda celeste ostenta un azul cardeno y sombrio, que la 20 hace aparecer como mas distante de la Tierra.

El soplo del aquilon quema y marchita las tristes flores que osaron desplegar aqui sus encantos, y ata con lazos de cristal el curso de los torrentes.... iHelos ya mudos, inmoviles, petrificados en sus energicas actitudes, como tragicos heroes esculpidos[113-2] 25 en marmol!...

Reina un silencio sepulcral, un silencio absoluto. No se oye ni canto de ave, ni rumor de corriente, ni suspiro de brisa, ni columpio de planta....

iNi movimiento ni ruido!... iNada! El mutismo del 30 no ser: he aqui todo. La eternidad y lo infinito deben de parecerse a estas monotonas soledades, a estos paramos de inaccion y muerte. (p114) El calor de mi sangre, los latidos de mi corazon, el soplo de mi aliento, el eco de mis pasos, son los unicos sintomas de vida que ofrece la Naturaleza. Me creo, pues, solo en un mundo cadaver, en un planeta posterior a su Apocalipsis;[114-1] en la 05 Tierra misma, pasado el Juicio final....

Hoy tiene el dia diez y seis minutos.

Manana no saldra el sol.

Manana me ocultare yo por seis meses; el por tres.

iOh, sol! ?Volveremos a vernos?

10 iQue frio tan espantoso!... La humedad del aire se convierte en agujas de hielo que punzan mi semblante.

Mi aliento me rodea de una especie de niebla que no puede elevarse a la condensada atmosfera.

15 El humo de mi escopeta se dilata tambien horizontalmente.

Ayer toque el gatillo sin mis gruesos guantes, y mis dedos quedaron tan fuertemente unidos al acero que, para separarlos, hube de dejarme alli la piel.

La sabana blanca que se extiende indefinidamente alrededor 20 de mi, y las irradiaciones de la luz en ella, hanme producido en la vista una terrible inflamacion....

Pronto vendra el escorbuto....

iOh! iQue espantosa es esta lucha de mi vida con la muerte de todo lo creado!



IV

25 En efecto: ayer aparecio el sol; no por el Oriente, sino por el Sur. Trazo en lontananza un ligero semicirculo, y se hundio al cabo de un cuarto de hora.

Hoy es el 7 de Noviembre, el tremendo dia del Spitzberg, el ultimo en que ve el sol.... (p115) Son las once y media de la manana.

Hace tres horas que un esplendoroso crepusculo luce en el remotisimo confin de los cielos.

Mas el sol no aparece....

05 iAh!... iSi!... iHelo palido y entristecido, pugnando por asomar su frente!...

Pero el disco no se eleva....

El limbo solamente pasa rozando por el limite del cielo y de las olas....

10 iUn momento mas, y ha desaparecido!

iAdios para siempre, padre de la luz, corona de los cielos, alma del mundo!

iAdios, mi ultimo amigo! iAdios, y vuelve!



V

?Cuanto tiempo ha transcurrido?

15 No lo se.

Mi reloj anduvo una semana: el frio lo paro despues, o, mejor dicho, lo mato.

El frio lo mata todo.[115-1]

Ignoro, pues, que dia es hoy.

20 Pero ?que significa la palabra hoy?

El hoy no existe para mi.

Mi vida carece de horas.

Lo pasado, lo presente y el porvenir forman horrible grupo en mi imaginacion.

25 Un momento continuo: tal es el tiempo dentro de este sepulcro.

Si los muertos pensaran en el panteon, padecerian lo que yo padezco.

Los siglos caminan mas de prisa que aqui los instantes.

30 Un invierno en Spitzberg da una idea de la eternidad en el infierno. (p116) iY que abismo sin fondo el de mi tenaz meditacion!

Mis ideas, indefinidamente desbordadas, explayadas, extendidas por el paramo de mi no ser,[116-1] concluiran por escaparseme..., y no me volvere loco.

05 Vivo naufrago y sin tabla en un oceano de negaciones. Pareceme un sueno la idea de que existe el mundo. Dudo hasta de mi propia existencia. Mi desesperacion es mas cruel que la de los ateos: ellos niegan el porvenir; yo niego lo presente. Yo no he perdido la esperanza, sino la realidad.



VI

10 iQue lejos estoy de los hombres! iQue olvidado sobre la tierra! Hacia cualquier parte que dirijo el pensamiento, disto de la humanidad centenares de leguas.

Mil quinientas millas al Occidente se halla la Groenlandia,[116-2] continente de hielo que enlaza dos mundos....

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